Bogotá (EFE) – Famosa por sus trancones (atascos), Bogotá amaneció este jueves teñida de amarillo taxi, azul o rojo de los autobuses de «Transmilenio» y sin vehículos particulares circulantes con motivo del «día sin carro ni moto», en el que se estima una reducción del 51% de las emisiones de CO2, según la Secretaría de Ambiente.
En las concurridas calles que tienden a la congestión como la carrera séptima, apenas se escuchan los irritantes y nerviosos pitidos de los conductores a los que la ciudad parece haberse acostumbrado. En su lugar, los ciclistas se han apoderado de los carriles centrales de la senda, mientras se cruzan con monopatines y patinetes.
«Otra Bogotá sostenible es posible cuando cambiamos la movilidad de vehículos a gasolina y un pasajero a modos compartidos por varios usuarios, con energía limpia, que ocupan menos espacio público», aseguró la alcaldesa de la capital, Claudia López, desde su cuenta de Twitter.
A lo largo de 600 kilómetros de ciclorruta y 101 kilómetros adicionales de ciclocarriles, las autoridades registraron más de 16,000 ciclistas en la ciudad e informaron del uso del sistema de bicicletas compartidas por más de 500 usuarios que contribuyeron a reducir la congestión y el número de vehículos circulantes en un 16%, en comparación con un día típico.
Durante las primeras horas de la jornada, también se reportó un aumento del 17% en la movilidad de pasajeros intermunicipales, en una ciudad en la que se realizan más de dos millones de viajes diarios entre Bogotá y otras zonas del departamento de Cundinamarca.
Este intento de invitar a la ciudadanía a moverse de manera sostenible que se extenderá desde las 5 de la mañana hasta las 9 de la noche, según recordó la alcaldesa, “fue decidido por voto popular en el año 2000”.
“Me parece bacana la idea por la contaminación. Yo sé que perjudica a mucha gente, pero ojalá se hiciera una vez a la semana. Si te paras en la Caracas (una de las principales calles de la ciudad) media hora, te das cuenta del humo que se forma”, explicó a EFE Yorfi Ilain Navarro, pintor en el área del acomodado barrio de Chapinero.
LA IMPORTANCIA DEL TELETRABAJO
Aunque parte de la fuerza de trabajo capitalina se decantó por el uso de la flota del sistema de transporte, las bicicletas o los cerca de 40,000 taxis prestadores de servicio, otra parte optó por el teletrabajo, una solución aplaudida por la secretaria distrital de Movilidad, Deyanira Ávila, al decir que «el mejor viaje es el que no se hace».
Entre las excepciones contempladas para este «Día sin moto y sin carro» se encuentran los vehículos y motos de emergencia, los que estén propulsados por motores eléctricos o los que sean conducidos o sirvan para trasladar a personas con discapacidad, carrozas fúnebres y la caravana presidencial o los vehículos con capacidad para movilizar a más de 10 pasajeros.
Para asegurar el respeto de esta jornada que se cobró, en sus primeras horas, la vida de un ciclista que fue atropellado por un camión, se habilitaron más de una veintena de puntos de control y se movilizaron más de 250 agentes de la policía de tránsito, 150 de la secretaría de movilidad y otros funcionarios del ámbito de ambiente para los controles ambientales.
Sobre las infracciones por superar la velocidad máxima de circulación de 50 kilómetros por hora, Ávila informó de la inmovilización de 15 vehículos y la interposición de «más de 190 comparendos (multas)».