Sídney, 26 de octubre de 2021 (EFE) – El Gobierno de Australia, uno de los principales exportadores de carbón y emisores de gases contaminantes del mundo, se comprometió este martes a alcanzar un objetivo de emisiones netas neutras para el 2050, de cara a la cumbre climática COP26, que se celebra en noviembre en Glasgow.
El anuncio de la meta de emisiones neutras para el 2050 llega tras una fuerte presión internacional y de varios sectores del país oceánico sobre el primer ministro, Scott Morrison, quien salió al paso para enfatizar que este esperado compromiso «a la australiana» no será respaldado por una legislación que le obligue a cumplirlo.
Morrison explicó en una rueda de prensa en Camberra que Australia reducirá hasta en un 35 por ciento sus emisiones contaminantes para 2030, aunque la formulación de este objetivo no hará cambiar el compromiso oficial de reducir las emisiones contaminantes en un 26 a 28 por ciento respecto a los niveles de 2005 para finales de la década.
«Este plan se centra en los intereses nacionales de Australia y en asegurar nuestros puntos fuertes determinando nuestro propio destino», señaló Morrison, que añadió que no cerrará la producción o exportación de carbón o gas australianos, ni tampoco «costará puestos de trabajo, ni en la agricultura, ni en la minería, ni en el gas».
Las emisiones neutras se apoyarán en un plan de inversiones hasta el 2030 de unos $14,998 millones en tecnologías de bajas emisiones como el hidrógeno verde, así como el secuestro del carbono en el suelo o en otras propuestas innovadoras que aún no han sido desarrolladas.
Según dijo a Efe el español Pep Canadell, quien trabaja para la agencia científica australiana y es director ejecutivo del Global Carbon Project, para llegar a las emisiones netas neutras en unos 30 años se «necesita un plan muy específico que diga exactamente, qué es lo que va a pasar cada cinco años».
AUSTRALIA MANTIENE LA META DE PARIS
Australia espera lograr la neutralidad de emisiones a través de su reducción en un 40% en virtud de su hoja de ruta de inversión tecnológica, un 15% por las tendencias tecnológicas globales, otro tanto por avances tecnológicos y un 10% a 20% por las compensaciones internacionales y nacionales.
En su presentación, Morrison también se mostró orgulloso de «alcanzar y superar» el objetivo de emisiones de 2020 de reducción de un 20% de las emisiones contaminantes, que también es una de las fuentes que se toman en cuenta para la neutralidad climática.
Pep Canadell consideró que «el hecho de que no haya un cambio en el en NDC (siglas en inglés para las contribuciones determinadas a nivel nacional del 2030) quizá es el signo más claro de que el compromiso no es serio» en momentos en que considera que se debe descarbonizar lo antes posible.
«He visto más detalles en una galleta de la fortuna», criticó por su lado Chris Bowen, portavoz de Energía del opositor Partido Laborista, que considera que es una propuesta de último minuto para salvar la imagen de Australia en la COP26.
De acuerdo al informe «De París a Glasgow: Un mundo en movimiento» del Consejo del Clima, una organización independiente de expertos australianos, publicado la semana pasada, Australia corre el riesgo de quedarse en la zaga mundial con el compromiso que llevará a la COP26.
El informe del Consejo del Clima recomendó que Australia también reduzca sus emisiones contaminantes en un 75 por ciento para esa fecha y que el país oceánico alcance las emisiones netas neutras para el 2035.