Añasco, 20 de mayo de 2022 – Al Animal Den Shelter de Añasco, un albergue para perros, le urge conseguir un nuevo local donde pueda operar
Desde hace cinco años Animal Den Shelter ubica en la Calle 4 de la urbanización Brisas de Añasco, lamentablemente una rezonificación de la zona a residencial los obligas a moverse de lugar en o antes del 17 de junio.
En el lugar actualmente hay 19 perros, de esos nueve están listos para encontrar un nuevo hogar. Los otros 10 no pueden ponerse en adopción por lo que es necesario conseguir un nuevo lugar para que estos puedan vivir.
“Nos visitó OGP y Salud. Aunque todo salió bien por lo de la rezonificación no podemos quedarnos allí. Eso ya lo entendimos y ese no es nuestro fuerzo ya. Ahora nuestro esfuerzo está en la reubicación. Tenemos 19 perros rescatados, 9 son adoptables, pero tengo otros que no son adoptables porque también somos un santuario”, relató Ivelisse García una maestra retira que se ha convertido en la administradora del albergue.
Este sábado de 9:00 a.m. a 3:00 p.m. realizarán una casa abierta para que las personas interesadas en adoptar un perro puedan ir y ver si encuentran su ‘perfect match’ allí en el albergue.
No obstante, aún si lograran conseguirles un ‘forever home’ a los nueve perros que están aptos para ser adoptados, la entidad sin fines de lucro continúa con la problemática de la reubicación de los perros que son parte del santuario.
García se reunió ayer con el alcalde de Añasco, Kabir Solares, para discutir la posibilidad de que a través del municipio puedan encontrar un nuevo lugar para convertir en albergue.
“Nos reunimos con el alcalde. Hay una leve esperanza. Hay una escuela abandonada en el barrio Cerro Gordo. La escuela no es del municipio, no es del Departamento de Educación, es de AFI y el alcalde va a hacer una carta con la propuesta que tenemos de nuestro proyecto a ver qué ocurre”, dijo García.
Mientras, desde el frente legal intentarán que el tribunal les conceda un espacio de tiempo mayor a los 30 días que les otorgó el pasado martes.
García, es Profesional de Intervenciones Asistidas con Mascotas y tiene a su perra Summer, a quien precisamente adoptó en el albergue, certificada como can de terapia. Las charlas que da sobre este programa en escuelas y universidades son parte de los servicios que provee el albergue. Y es que García destacó que el albergue sirve muchos propósitos sociales, además del básico de proveer un techo seguro a los perros.
“Tenemos la ruta de alimentación. Eso es que uno de los voluntarios les lleva agua y comida a los perros abandonados del área que por cuestiones de capacidad no podemos tener en el albergue. También costeamos el alimento de mascotas de personas de bajos recursos, los estudiantes hacen sus horas de voluntariado con nosotros y también llevamos a los perritos a visitar a los vecinos. Tenemos una vecina que padece cáncer y parkinson y ansía siempre la visita de nuestro perrito Piculín”, detalló García.
Si no logran conseguir un lugar para reubicarse antes del plazo dado por el tribunal, ¿la eutanasia estaría entre las opciones que evaluarían?
“No. No. Yo no he luchado tanto para rehabilitar estos perros para ahora ponerlos a dormir. O los dividimos entre los voluntarios y nos los llevamos. O pernoctamos en la alcaldía, algo haremos, pero no se va a quedar un perro atrás. Todos tienen derecho a vivir”, clamó entre sollozos.