Por Sandra D. Rodríguez Cotto
Dicen que no hay lugar como el hogar, y eso quedó demostrado una vez más cuando el pueblo de Puerto Rico le entregó su corazón al astro internacional que regresó a cantar en casa, Ricky Martin. Por más de dos horas y media miles de personas abarrotaron el Coliseo de Puerto Rico para cantar y bailar sin parar todas y cada una de las canciones que interpretó el cantante junto a la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, demostrando que ese idilio entre pueblo y artista es indisoluble.
La realidad es que fue uno de los conciertos más esperados en todo el verano. No había una silla vacía de esquina a esquina en el Coliseo que estaba repleto de personas de distintas generaciones. Madres e hijos, abuelos, adolescentes y muchas personas mayores, pero la inmensa mayoría en el público eran contemporáneos con el cantante. Personas que, como crecieron con él, se conocían todas sus canciones y las entonaban.
Este concierto fue distinto, entre tantos otros que Martin ha hecho en su patria a lo largo de su vida. En esta ocasión estaba acompañado de una de las mejores orquestas de toda América Latina, la grandiosa Orquesta Sinfónica de Puerto Rico y eso se notó en la profundidad de las melodías, la impecable sonoridad, la diversidad de ritmos y la acústica. Los 70 virtuosos músicos sinfónicos fueron dirigidos por el maestro Ángel “Cucco” Peña, y con ellos estaban otros siete músicos de la banda que suele acompañar a Martin, dirigida por el maestro David Cabrera.
Tan pronto comenzó a cantar “Pégate”, el público recibió gritando al cantante y a su vez, se notaba que Ricky Martin estaba emocionado. En varias ocasiones tuvo que parar de cantar como para componerse, y poder continuar porque la gente estaba eufórica. Cada canción iba acompañada de imágenes y diseños de luces que aumentaban la expectación en el público, ambientando cada tema.
La multitud siguió entonando con el astro boricua éxitos como “Volverás” y “Gracias por Pensar en mí”, y se pusieron de pie a bailar “La Bomba”, “Con tu nombre” y “Fuego de Noche, nieve de día”. Una mención especial merece la interpretación de “Isla Bella”, porque además de lo hermoso de su letra, compuesta por Beatriz Luengo, Omar Alfano y Yotuel Romero, se iban presentando distintas imágenes de Puerto Rico. Rincón, el mar, el Condado, los campos y otros puntos iban creando el ambiente, y mientras Martin cantaba, se mostró visiblemente conmovido.
Los arreglos de las canciones y el sonido de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico seguían abordando a una noche magistral que siguió con temas como “Disparo Al Corazón”, “Casi Un Bolero” y un medley monumental que incluyo “Vuelo”, “El Amor de mi Vida” y “Te Extraño” en el que la gente no dejaba de cantar o de grabar con sus celulares que parecían luciérnagas inundando todo el espacio.
Con su característico dominio escénico, el artista regaló al público momentos llenos de sentimiento al experimentar múltiples ovaciones de pie y expresiones de amor y solidaridad. Cuando cantó “Asignatura” y “Vuelve” se pudo notar la profundidad y madurez interpretativa del cantante, así como y la combinación de los temas en arreglos sinfónicos.
El ritmo hizo vibrar al público cuando cantó “Lola”, “María”, “La Mordidita”, “Por Arriba”, “Living La Vida Loca”, “Vente Pa’Aca” y el himno que ha cantado el mundo “La Copa de la Vida”, en lo que fue uno de los momentos más grandiosos de la noche.
La gente pedía “otra, otra” y no paraban de aplaudir, a lo que el cantante agradeció saludando y enviando besos. Casi al final del concierto, cuando presentó a Peña y otros músicos, Martin aprovechó para saludar a personas de otros países que también estuvieron en el concierto. Lo supo porque los fanáticos desplegaron banderas de Estados Unidos, Chile, Venezuela, Argentina, República Dominicana y México, entre otros.
Como suele hacer en sus conciertos, Martin tuvo varios cambios de vestuario, pero en todos lucía ropa cómoda que le permitía los movimientos y bailes a los que tiene acostumbrado al público. Bailó tanto que parecía al Ricky Martin de hace 20 años, sólo que ahora es padre, y hasta saludó a sus hijos que estaban en el público.
Uno de los mejores momentos del concierto “Ricky Martin Sinfónico” fue al final, al notar la emoción que era palpable entre el público y los músicos. El cantante interpretó “Tal Vez” y “Tu Recuerdo” ante un público de pie que no dejaba de bailar. Ricky Martin se creció en este concierto,
Quizás por tratarse de la Orquesta Sinfónica y el valor que tiene para el público que tanto la aprecia, o quizás fue porque hacía tiempo que el público puertorriqueño esperaba este encuentro, pero este concierto de Ricky Martin Sinfónico, sin lugar a duda, pasará a los anales de la historia como uno de los mejores que ha dado este artista en su país.