El artista estaba en su salsa, como en casa, recibiendo a los miles de fanáticos que, en muchísimos casos, fueron vestidos a la mexicana
Por Julio Núñez
Pride Society Magazine
Una cosa es conocer a un artista por los programas y la prensa de cotilla por su vida personal y amorosa, y otro es escucharlo cantar a dúo con artistas como Kany García (La siguiente) y Ricky Martin (Fuego de noche). Luego, otra cosa es verlo en vivo y a sus anchas en lo que es ya uno de los escenarios más importantes de América Latina: el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot. Se trata del mexicano Christian Nodal.
Como parte de Del Cora Tour, se presenta hasta hoy domingo en San Juan, en lo que se puede considerar uno de los debuts más apoteósicos de los últimos años en la Isla. Ayer, ante una sala abarrotada de una enardecida fanaticada, el nuevo mimado del género regional mexicano hizo de las suyas con un público que coreó todos y cada uno de los aproximados 30 temas que interpretó acompañado de una banda compuesta por más de 18 músicos. Es una banda espectacular.
El artista estaba en su salsa, como en casa, recibiendo a los miles de fanáticos que, en muchísimos casos, fueron vestidos a la mexicana, con sus mahones, sombreros y botas vaqueras… de todos los estilos y todos los sabores imaginables…
Nodal, el más conocido “mariacheño” hijo de Sonora, México, nacido en 1999, a sus escasos 25 años es un fenómeno musical que con su género ha arropado a toda América Latina, y también a España, con presentaciones llenas a capacidad. Tiene una voz poderosísima, muy afinado y una avasalladora presencia escénica, además de la imagen del malote de la película, el hombre bohemio y jodedor que seduce a muchas mujeres. Juega con la audiencia, le coquetea, lanza al público al menos una docena de sombreros, bebe tequila… Los complace. Es decir, es el más chingón de todos los chingones. Entonces, el sábado en la noche Nodal fue a bailar en la casa del trompo, porque su audiencia iba a todas… pata abajo. El también.
Temas como Adiós amor, Pa’olvidarme de ella, La intención, Por el resto de tu vida, Se me olvidó, Dime cómo quieres, Como la flor, La despedida, Eso y más, La sinvergüenza, Amor tóxico, Quién es usted, M dejé llevar, El rey, Volver volver, Acá entre nos, Aquí abajo, Nace un borracho, Probablemente y Ya no somos ni seremos son solo algunos de los que cantó Nodal, sin dejar de libar tequila junto a algunos de sus músicos. Rica la notita.
Christian Nodal llegó para quedarse. Ya marcó su territorio. No le hizo falta la radio puertorriqueña ni sus retrógradas programadores, que solo programan el mismo sonsonete. El público, hombre-mujeres y hasta niños, conoce puntualmente sus canciones y cantaban a coro. Es excelente cantante, es carismático, es simpático… el más chingón de todos los chingones.
Aspectos escenográficos, lumínicos y de efectos especiales no lo alcanzan, ahí hay bastante tela para cortar. El diseño de producción necesita revisión urgente para estar a la par con la estrella del espectáculo.
En fin, que después de tantos años y de fallidos intentos, el regional mexicano llegó en grande. Y parece que para quedarse. ¡A comprarse botas y sombrero tocan!