Lima (EFE) – Si hubo un momento, fue el del encendido del pebetero por parte de Cecilia Tait. Y si hubo una protagonista, fue la fiesta.
Pero la ceremonia de inauguración de los Juegos Panamericanos de Lima brindó también su merecida importancia a otros personajes, no siempre de carne y hueso, y a otros instantes, no siempre tan breves, que contribuyeron al espectáculo.
5 PROTAGONISTAS
= Luis Fonsi:
El cantante puertorriqueño no limitó su compromiso con los organizadores a llegar, cantar y marcharse. Lleva toda la semana en Lima promocionando los Juegos, conviviendo con deportistas y voluntarios. Ofreció un concierto de media docena de canciones que cerró con ‘Despacito’ y recibió tanto cariño como dio. Su invitada especial para esta noche fue la actriz y cantante peruana Leslie Shaw.
= El Estadio Nacional:
El recinto construido en 1951 sobre el campo original de 1897, y remodelado por última vez en 2011, lució espléndido con las gradas pobladas (no del todo) por un público cálido, entusiasta y ruidoso. El Nacional fue un microcosmos que ofreció las mejores condiciones a los más de 6,000 deportistas llegados de todo el continente, los 1,800 voluntarios y artistas participantes en el espectáculo y los 40,000 espectadores que lo habitaron durante más de tres horas.
= El frío:
El termómetro rozaba los 17 grados cuando el público comenzó a llenar el Estadio a las cinco de la tarde. No alcanzaba los 15 cuando lo abandonó después de las 10 de la noche. Gorros, bufandas, guantes, casacas fueron el uniforme con el que el público se protegió en las gradas de las bajas temperaturas con las que Lima ha recibido a la familia panamericana.
= El cajón:
Pocos instrumentos musicales darían más juego en una ceremonia de este tipo que el cajón peruano. Tres centenares de percusionistas lo emplearon para marcar el ritmo durante el completo repaso a las músicas de Perú, pero también como pareja de baile y para hacer pasillo a los atletas en su desfile triunfal por el estadio. La calidad del sonido fue impecable en todo momento.
= Una montaña:
Una mole picuda de 20×35 metros en el centro del escenario fue el eje sobre el que giró el universo artístico de la inauguración. Sobre ella se proyectaron las imágenes de los alimentos y los tejidos peruanos, por ella treparon los montañeros de la sierra, de su interior salió, sentado sobre un trono imposible en forma de pez, el cocinero Micha Tsumura… y en su cumbre se instaló el pebetero que encendió Cecilia Tait, subcampeona olímpica de voleibol en Seúl’88.
5 MOMENTOS
= Un dueto imposible pero real:
La cantautora Chabuca Granda, que murió en 1983, y el tenor Juan Diego Flórez, nacido en 1973, unieron sus voces para interpretar ‘Bello Durmiente’. Ella, con su voz recuperada de las viejas grabaciones y su imagen proyectada sobre el escenario; él, en vivo y en directo, antes de lanzar un largo y ancho abrazo simbólico al público y a todo su país.
= El desfile
Un momento largo, de 55 minutos. Pero único para cada uno de sus protagonistas. La sonrisa emocionada de un luchador, el gigante Mijaín López, mientras portaba la bandera de Cuba demostró que el espíritu olímpico no deja de circular por las venas, por mucho que ya se hayan ganado todas las medallas posibles.
Los equipos de Bolivia, Brasil, Colombia y Venezuela fueron recibidos con enormes griteríos, pero no comparables al clamor que acompañó a la enorme delegación peruana durante su paseo por el estadio al ritmo de la cumbia ‘Cariñito’, de Los Hijos del Sol.
= La entrada de la bandera panamericana:
Además de historia y de cultura, Perú presumió de deportistas. La bandera de los Juegos entró en el estadio de la mano de figuras como la nadadora Choco de Vivanco, primera mujer olímpica del país en Tokio’64, Ricardo Duarte, máximo anotador en el torneo de baloncesto de esa misma cita, algunas de las voleibolistas que se proclamaron subcampeonas en Seúl’88 o el tirador Juan Giha, plata también en Barcelona’92. No cabían más aplausos.
= Una frase:
«Los felicito. Lo lograron». Neven Ilic, el presidente de Panam Sports, el órgano rector de los Juegos, expresó así su alivio ante la inauguración de unos Juegos por los que pocos apostaban hace tres años. «Gracias, Perú. Han hecho un trabajo increíble. Pueden sentirse orgullosos», añadió el dirigente chileno. La que definió como «la mejor hinchada del mundo» le agradeció sus palabras.
= La traca final:
Los fuegos de artificio aparecieron en momentos puntuales de la ceremonia, pero la explosión final dejó humo y olor a pólvora en todo el estadio. Se apagaron las luces y solo el fuego panamericano quedó encendido.