Los Ángeles (EE.UU.), 18 mar (EFE) – Las grandes cadenas de cines de EE.UU., el mercado más importante para la industria cinematográfica, anunciaron de forma simultánea que cerrarán las salas de todo el país después de que la Casa Blanca haya recomendado evitar las reuniones de más de 10 personas.
La decisión adoptada por gigantes de la proyección como AMC o Regal y continuada por otras compañías -Alamo, Cinemark, Cineplex, Landmark- se ha tomado después de aplicar medidas, como la separación entre asientos y reducciones de aforo, que se demostraron ineficaces una vez que el gobierno de EE.UU. ampliara las indicaciones de aislamiento social para evitar contagios por COVID-19.
AMC, el mayor propietario de cines de EE.UU., indicó que cerró «todos sus establecimientos de acuerdo con las normas locales, estatales y federales», al tiempo que no fijó una fecha de reapertura, ya que lo hará «cuando esas normas lo permitan».
En el Twitter de AMC, un mensaje precisó que el cierre será de, al menos, entre 6 y 12 semanas.
Las mismas afirmaciones hicieron el resto de compañías, que devolverán los importes de las entradas ya compradas y mantendrán los programas de puntos para los clientes habituales.
En el mismo sentido, la Asociación Nacional de Propietarios de Cines (NATO, en inglés) aseguró hoy que destinará $1 millón a ayudar a los empleados de las salas afectados por el parón provocado por el coronavirus.
Y NATO hizo también un llamamiento a la Casa Blanca y a los legisladores para que «de forma urgente» tomen una serie de medidas, como facilidades en préstamos y exenciones fiscales, que puedan aligerar la situación de los 150,000 trabajadores de los cines en EE.UU.
«El modelo de negocio de la industria de las salas de cine es singularmente vulnerable en la presente crisis», aseguró NATO en un comunicado.
«Mientras enfrentamos este periodo sin precedentes y en evolución, apelamos al Congreso y la Administración a que se aseguren de que la industria de las salas en Estados Unidos y sus decenas de miles de trabajadores en todo el país puedan mantenerse fuertes», añadió.
A pesar de que EE.UU. no ha impuesto una cuarentena del estilo de países como Francia, España e Italia, varias de sus ciudades más habitadas han tomado precauciones más avanzadas.
La ciudad de San Francisco y gran parte de su área metropolitana ya han iniciado el confinamiento de sus ciudadanos y el cierre de negocios no esenciales; Nueva York estudia el mismo protocolo y en Los Ángeles solo se permite la apertura de establecimientos como supermercados y farmacias.
La cinta más afectada por el coronavirus es, por el momento, «Onward», lo nuevo de Pixar.
Esta nueva aventura, de la factoría de animación responsable de «Toy Story» y «Cars», se estrenó internacionalmente la semana pasada, apenas días antes de que el COVID-19 multiplicara su presencia en Europa y EE.UU.
La recaudación del filme cayó el 73% en su segunda semana en cines, con $10.5 millones en EE.UU. y otros 6.8 en el resto del mundo, la segunda bajada más importante en la historia de Pixar.
Bajo la alarma por el coronavirus y con las salas de cine cerradas en gran parte de los países claves para el mercado internacional, este pasado fin de semana la industria del entretenimiento registró una caída del 60% en su recaudación en taquilla, la mayor desde que se tienen registros.
Con ese desplome, del 60.2% respecto a la semana anterior, los cines de EE.UU. recaudaron $50 millones, la suma más baja desde 1994, sin contar la inflación y sin conocer con exactitud los datos del resto del mercado internacional, puesto que más de 50 países ya habían restringido la asistencia a las proyecciones.
Esta actual epidemia de coronavirus ya deja más de 8,000 muertos y unos 200,000 contagiados en todo el mundo, de acuerdo con cifras entregadas hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS).