Por Sandra D. Rodríguez Cotto
En Blanco y Negro
SAN JUAN, Puerto Rico – Es lo que aparenta ser otro ejemplo de racismo institucional en una entidad financiada con fondos públicos, aunque el Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR) lo niega. Desde hace varias semanas, diversas entidades antirracistas denuncian que se haya eliminado el nombre de la artista plástica Cecilia Orta de una de las salas del museo para ponerle el nombre de la hija del expresidente de la Junta de Control Fiscal, José Carrión III, Valeria Antonia Carrión Benítez.
Líderes del Movimiento Afropuertorriqueño continuaron ayer lunes sus denuncias ante las acciones discriminatorias y racistas tomadas por la Junta de Síndicos y los directivos del MAPR. El domingo llevaron a cabo una protesta pacífica, que, sorprendentemente, estuvo matizada por una extraordinaria presencia policiaca frente a las instalaciones del museo en Santurce.
Encabezaron la manifestación los activistas Edwin Velázquez Collazo, fundador y director de Casa Silvana; Gloriann Sacha Antonetty-Lebrón, fundadora y editora de la Revista Étnica; María Reinat Pumarejo, cofundadora de Colectivo Ilé y María Luisa Cortijo del Colectivo El Ancón de Loíza, así como otras prominentes figuras del arte y la cultura afropuertorriqueña. Todos señalaron que la decisión tomada por el museo de eliminar la Galería Cecilia Orta Allende, abierta en mayo de 2022, para rebautizarla con el nombre de la hija de unos donantes del museo demuestra un acto discriminatorio, racista y elitista por parte de la institución.
El legado de Cecilia Orta Allende (1923-2000) es indescriptible en comparación con la invisible aportación al arte del país de la recién proponente para el espacio en disputa. Señalando que la artista fue conocida como la «pintora del pueblo». Graduada con una Maestría en Artes Plásticas en la Universidad Nacional Autónoma de México, exhibió en Puerto Rico y México. Además, fundó la Galería de Arte Rodante y la Academia de Artes Plásticas de los Futuros Pintores, con la que recorrió toda la isla ofreciendo clases gratuitas de arte en las comunidades negras y pobres de Puerto Rico.
Cecilia Orta no solo fue una artista plástica, sino una mujer negra, educadora y activista comprometida con el arte como herramienta de transformación social, una pionera en el arte puertorriqueño.
Las organizaciones reclaman que se restablezca la Galería Cecilia Orta Allende para rendir homenaje no solo a la artista, sino a todos los artistas plásticos del país, ya que es la única galería de las veinticuatro que tiene la institución que lleva el nombre de uno de nuestros creadores.
Señalaron además que la transformación de los museos y las instituciones culturales puertorriqueñas debe encaminarse a contribuir a desarticular las violencias, tanto simbólicas como materiales, que han marcado a los afrodescendientes, además de adoptar medidas de inclusividad, antirracismo y descolonización dentro de sus estructuras administrativas como parte de los actuales procesos universales de reivindicación y reparación.
El MAPR reaccionó mediante un comunicado en el que dice que continúan honrando el legado de Cecilia Orta Allende porque, aunque ya no es una sala en la galería, le pusieron su nombre al taller creativo del Museo, donde se lleva a cabo la residencia de artistas afrodescendientes, en el Centro de Innovación Educativa del MAPR.
«Esta espaciosa sala, la cual es la única sala en el MAPR dedicada a una artista, no solo es un homenaje a todo el legado de Cecilia Orta Allende, sino que también refleja su pasión por la educación y el desarrollo artístico de todos los puertorriqueños. El MAPR ha estado en diálogo constante con los representantes de la familia Orta-Allende. Tenemos una reunión programada en una fecha que fue conveniente tanto para la familia como para el Museo. Nuestro objetivo es trabajar conjuntamente para promover el legado de Cecilia Orta Allende de manera respetuosa y significativa», sostuvo el comunicado del MAPR.
Pero estas organizaciones y familiares consideran que esto es una falta de respeto a la memoria de la artista, ya que eliminan una galería para ponerle el nombre a un taller. La nueva «Galería Valeria Antonia Carrión Benítez» es en honor de la hija de los donantes del museo identificados como la Sra. Gloria Benítez, secretaria de la Junta de Síndicos del MAPR, y el Sr. José Carrión III, pasado presidente de la Junta de Supervisión Fiscal de la Ley Promesa, lo cual ha sido catalogado como una ofensa a la memoria de la artista Orta Allende.
Dijeron además que la manifestación surgió luego de intentos fallidos del Lic. José Antonio Orta, representante de la Sucesión Familia Orta-Allende, de reunirse con la Junta de Directores y la recién nombrada directora ejecutiva del Museo De Arte de Puerto Rico, la Dra. María Cristina Gaztambide, para dialogar sobre la decisión de eliminar la Galería Cecilia Orta Allende, abierta en mayo de 2022.
La galería originalmente fue inaugurada en reconocimiento a la labor comunitaria de esta artista por la educación de las artes visuales en los niños y niñas de Puerto Rico. Significando mucho para la comunidad afropuertorriqueña, porque era la primera vez que un museo en la isla le rendía homenaje a una mujer negra puertorriqueña y artista plástica. Este homenaje ocurría ante el auge en los últimos años de resaltar la imagen de la artista a través de un sinnúmero de publicaciones e investigaciones por su importante aportación al arte puertorriqueño.
Actualmente se llevan a cabo actos de justicia social y reparaciones hacia las comunidades afrodescendientes a nivel internacional. Por lo tanto, dicha decisión ha causado malestar en la comunidad afropuertorriqueña, ya que la consideran elitista, clasista, racista e irresponsable, especialmente ante la celebración en el 2023 del centenario del natalicio de la artista.
El mundo viene celebrando el cierre del Decenio Internacional de los Afrodescendientes proclamado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el 2013, y en Puerto Rico se ha iniciado a través de un sinnúmero de eventos un proceso de visibilidad y reafirmación de nuestros artistas plásticos negros. Por lo tanto, entienden que la decisión y acción del Museo De Arte de Puerto Rico y su Junta de Síndicos no son acordes a las reparaciones históricas y la justicia social que la humanidad vive hoy día.