San Juan (EFE) – El 89% de los puertorriqueños actualmente cocina la cena en su hogar, un aumento de más de un 40% en las últimas tres décadas, según los hallazgos de Radiografía del Consumidor 2024, un estudio comisionado por la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), publicado este martes.
De acuerdo con el análisis, en 1996, un 48% de los consumidores de la isla respondieron cocinar la cena en casa. Sin embargo, este porcentaje aumentó en 2010 a un 79%, y en 2024 se ubicó en el 89%, un 41% más que hace 28 años, reveló la MIDA en un comunicado de prensa.
Estas estadísticas se desprenden de una muestra de 1,350 entrevistas que realizó la empresa Lighthouse Strategies, casa por casa, en las ocho regiones censales de Puerto Rico.
Parte de ese exponencial aumento se debe a la inflación y a los costos de vida que ponen presión en el presupuesto de los consumidores, según dijo en el comunicado la presidenta de Lighthouse Strategies, Diana Rodríguez Figueroa.
El análisis reveló además que el gasto promedio mensual en la compra de alimentos de este año -$452 – se mantuvo similar al gasto de 2023, de $453.
Para el vicepresidente ejecutivo de MIDA, Manuel Reyes Alfonso, la estabilización del gasto promedio mensual, a pesar de los incrementos inflacionarios, se relaciona a diversos factores.
No obstante, se mostró preocupado, porque apunta a una posible reducción en la venta de unidades o ajustes en la combinación de productos que se compran.
«Aunque porcentualmente los aumentos en precio son menores a los que vimos después de la pandemia, la inflación es un reto para todos», reconoció.
«El problema es cuando evaluamos que esa pérdida en poder adquisitivo por inflación se combina con que los consumidores parecen haber agotado el exceso de ahorros que lograron durante la pandemia y vemos un incremento en el endeudamiento personal y una reducción en las importaciones», elaboró.
Debido a que el 85% de los alimentos que se consumen en Puerto Rico son importados, aumenta su inflación.
Además, esto se agrava al añadir costos y aumentos operacionales de todo tipo que encarecen los precios de los artículos que luego son tributados a ese nuevo precio siendo el estado el único que se beneficia de esa inflación, afirmó Reyes Alfonso.