Scott Barbés denuncia la falta de transparencia en la limpieza de la planta de San Juan de Suiza Dairy, destaca los logros sindicales tras la huelga y plantea inquietudes sobre el futuro de la industria láctea en Puerto Rico
SAN JUAN, Puerto Rico – Tras la finalización de la huelga en Suiza Dairy, la situación de la empresa y su impacto en la comunidad siguen siendo motivo de preocupación. Scott Barbés, secretario de organización de la Central General de Trabajadores (CGT), ofreció detalles extensos en una entrevista durante un foro de la organización Apoyo Legal Puerto Rico, donde destacó tanto los logros alcanzados por los trabajadores como las serias preocupaciones que persisten sobre la limpieza de las instalaciones y el futuro de la industria láctea en Puerto Rico.
«Alcanzamos una victoria importante», afirmó Barbés, refiriéndose al reconocimiento legal de los derechos sindicales por parte de Suiza Dairy y al aumento de $50 en la aportación patronal al plan médico. «También logramos garantizar el derecho de los trabajadores a regresar al empleo, algo crucial dado que la empresa había planteado que ya no había una relación laboral». Este logro fue uno de los principales resultados de las intensas negociaciones que marcaron el final de la huelga, la cual duró 42 días.
Sin embargo, la situación en la planta de Suiza Dairy en San Juan sigue siendo un tema de controversia. Barbés expresó serias dudas sobre si la limpieza de los tanques y la disposición de la leche cruda en mal estado se han llevado a cabo adecuadamente.
«Estamos convencidos de que esa limpieza no se ha hecho», declaró. Según Barbés, el sindicato está actualmente en proceso de recabar información y fiscalizar cualquier acción que la empresa haya tomado en este sentido. «Estamos en el proceso de solicitar información sobre si alguien ha entrado a limpiar, cuáles son los contratos, etc.»; explicó.
Barbés denunció que la crisis de salud pública, que fue utilizada como argumento por la empresa para presionar el fin de la huelga, fue exagerada y más un acto de propaganda que una emergencia real.
«La comunidad no ha visto ningún problema de salubridad, lo que nos hace pensar que fue una movida publicitaria», dijo Barbés. También mencionó que la extracción de leche cruda en mal estado durante la huelga se realizó en menor medida de lo que se afirmó públicamente, y que no se ha informado de problemas de salud pública relacionados. En tono sarcástico, Barbés comentó: «Parecía que esa leche era nuclear, porque iba a atentar contra toda una comunidad».
Uno de los puntos más críticos que planteó Barbés fue la cuestión de la leche cruda que se está perdiendo en Puerto Rico debido al cierre prolongado de la planta de San Juan.
«Sabemos que se está perdiendo leche cruda en Puerto Rico, y eso es algo que el gobierno y los ganaderos deben discutir»; afirmó. Esto se ha convertido en una preocupación clave para la industria láctea local, ya que la planta de San Juan, antes de la huelga, era una de las principales instalaciones para el procesamiento de leche fresca.
Barbés también comparó la capacidad de producción de Suiza Dairy con la de Tres Monjitas, señalando que esta última no tiene la infraestructura necesaria para cubrir toda la demanda de leche fresca en Puerto Rico.
«La planta de Tres Monjitas tiene tres líneas de producción de leche fresca, mientras que Suiza Dairy tiene diez»; explicó Barbés, subrayando la importancia de que la planta de San Juan vuelva a operar a plena capacidad para evitar un déficit en el suministro de leche en la isla.
Importación de Leche UHT y el rol de la ORIL
Además de las preocupaciones inmediatas sobre la limpieza y el impacto comunitario, Barbés advirtió sobre una posible estrategia a largo plazo de Suiza Dairy y su propietario, Grupo Gloria, para desmantelar la producción local de leche fresca en favor de la importación de leche UHT (ultrapasteurizada) desde el extranjero.
«Desde un inicio, planteamos que el objetivo de la empresa es destruir la producción de leche fresca en Puerto Rico», afirmó Barbés. «La estrategia parece ser importar leche UHT, que ellos pueden producir más barato en otros países donde controlan todo el proceso, desde la producción hasta la distribución».
Esta posible estrategia plantea serias implicaciones para la soberanía alimentaria de Puerto Rico y ha generado preocupaciones entre los ganaderos locales y otros actores de la industria. Barbés también mencionó la preocupación de que la Oficina para la Reglamentación de la Industria Lechera (ORIL) pueda verse limitada en su capacidad para regular este cambio, lo que podría llevar a una mayor dependencia de productos importados y una reducción en la producción local.
El caso legal contra los manifestantes
Además de las cuestiones laborales y de salubridad, Barbés también comentó sobre el estatus legal de los manifestantes que fueron arrestados durante la huelga. Según explicó, los casos legales están en una etapa crítica.
«Nos llevaron hace una semana y media ante una jueza en la sala de investigaciones para ver si había causa para arresto, y la jueza entendió que no había causa para arresto de ninguno de los arrestados»; afirmó. Esto incluye al unionado Edwin Morales, quien fue llevado a otro tribunal en Caguas. Barbés destacó que consideran que los arrestos fueron ilegales y que aún no se sabe quién ordenó estas detenciones.
«No fue el juez, porque no existe ningún documento de parte de Cuevas estableciendo que estábamos en desacato»; añadió.
Respuesta a los críticos: ¿Perdieron los trabajadores?
En cuanto a las críticas que han surgido, sugiriendo que los trabajadores sindicalizados «perdieron» porque fueron despedidos, Barbés fue categórico en su respuesta.
«Hay quienes dicen que perdimos porque nos despidieron, pero la realidad es que logramos asegurar derechos fundamentales que la empresa quería negarnos»; explicó.
«El hecho de que la empresa haya tenido que reconocer nuestra organización sindical, aceptar la negociación y, más importante aún, garantizar el derecho de los trabajadores a regresar al empleo, es una victoria clara».
Barbés continuó diciendo que, aunque la lucha fue difícil y aún quedan desafíos por delante, los trabajadores demostraron que no están dispuestos a ceder ante presiones injustas.
«Nos enfrentamos a un patrono poderoso y ganamos reconocimiento, beneficios y, sobre todo, dignidad. Esa es la verdadera victoria»; concluyó, dejando en claro que, aunque la batalla legal y laboral continúa, los trabajadores están más unidos y determinados que nunca.