Nueva York (EFE) – La plataforma de criptomonedas FTX, que este mes se declaró en bancarrota tras un rápido desplome, debe más de $3,000 millones a sus principales 50 acreedores, según admitió en un documento judicial presentado este fin de semana.
La lista no hace pública ninguna identidad, pero sí el dinero que se adeuda, que alcanza los $226 millones en el caso del acreedor que la encabeza y que incluye a una decena a los que se deben más de 100 millones.
En otro escrito previo, FTX calcula que puede tener en total más de un millón de acreedores tras su repentino colapso.
De acuerdo con expertos, lo más probable es que los usuarios de la plataforma afectados nunca recuperen sus fondos, dado que -a diferencia de lo que ocurre en la banca tradicional- los depósitos no estaban garantizados y no está claro cuánto dinero podría quedar para resarcirlos cuando se liquide la empresa.
FTX se había convertido en los últimos años en una de las plataformas de criptomonedas más importantes del mundo y había llegado a estar valorada en unos $32,000 millones.
Sin embargo, este mes se vino abajo en apenas unos días después de que surgiesen dudas sobre su solvencia a raíz de varias informaciones, lo que llevó a muchos usuarios a apresurarse a retirar su dinero, dejándola sin liquidez y en busca de un rescate.
Esa inyección de capital nunca llegó y FTX terminó por declararse en quiebra el pasado viernes, asegurando que esa era la mejor fórmula para proteger a sus clientes y buscar que puedan recuperar su dinero.
Desde entonces se conoce que FTX habría usado miles de millones de dólares de sus clientes para financiar arriesgadas apuestas a través de su firma de inversiones Alameda Research, una práctica en principio ilegal si no contaba con el visto bueno de los usuarios.
Por ese motivo, tanto las autoridades de Bahamas como las de Estados Unidos están investigando posibles delitos cometidos por la firma fundada por Sam Bankman-Fried, un empresario de 30 años que se había convertido en una de las figuras más conocidas del ámbito de las criptomonedas.
Asimismo, un grupo de inversores en Estados Unidos interpuso en Miami (Florida) una demanda colectiva contra FTX, su directivo, Sam Bankman-Fried, y varias celebridades que promocionaron la plataforma, entre ellas los deportistas Tom Brady y Stephen Curry.
Los denunciantes acusan a la plataforma de captar a «inversores poco sofisticados en todo el país» y de causarles daños económicos que ascienden a $11,000 millones.
La semana pasada, el ejecutivo nombrado para pilotar el proceso de bancarrota, el veterano John Ray III, denunció que la compañía tenía una «ausencia total» de controles corporativos y de información financiera fiable.