París, 24 de enero de 2022 (EFE) – La ola de contagios por la variante ómicron del coronavirus ha tenido un impacto limitado en las escuelas del mundo, según la Unesco, que señaló este lunes que solo una docena de países han impuesto un cierre estricto de los centros, frente a los 40 que lo hicieron hace un año con olas anteriores.
Gracias a protocolos sanitarios reforzados, la mayor parte de los países, 135, han logrado mantener la enseñanza presencial, pese al carácter altamente contagioso de esta nueva variante, mientras que en 25 optaron por prolongar las vacaciones de fin de año para atajar la ola.
La menor incidencia de esta variante en la enseñanza presencial responde «al avance de las campañas de vacunación y la experiencia acumulada desde el inicio de la pandemia», que se traducen en «un nuevo modelo fundado en la puesta en marcha de protocolos sanitarios en las escuelas», indicó la directora general de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Audrey Azoulay.
Muchos países han optado por una vigilancia reforzada y la adaptación de medidas en función de la incidencia de la covid, además de por la imposición de medidas de protección como las mascarillas, el lavado de manos, la ventilación, la distancia social y el cierre de clases para evitar afectar a establecimientos enteros.
Pese a esta buena noticia, la Unesco considera que la pandemia tiene un impacto negativo en los docentes y que ha generado retrasos en el aprendizaje que todavía no han sido subsanados.
En este sentido, considera importante una ayuda socio-psicológica, un apoyo a los docentes y recursos financieros para poner en marcha de forma eficaz los protocolos sanitarios, al tiempo que apela a que se incluya a los maestros entre los candidatos prioritarios a la vacuna, algo que no sucede en casi un tercio de los países.
También es necesario ayudar a los alumnos a regresar a la escuela presencial para superar los retrasos y evitar «consecuencias dramáticas a largo plazo».
Un estudio de la Unesco elaborado en 11 países muestra que la mitad de los alumnos no han recuperado el nivel previsto durante el año pasado y la mayoría de los profesores cree «difícil» dar el apoyo necesario a los alumnos más vulnerables.
La mitad de los alumnos interrogados reconoce «estrés» por los cambios provocados en sus escuelas.