Sídney, 15 de febrero de 2022 (EFE) – Miles de trabajadores sanitarios de más de 150 hospitales y centros públicos de Nueva Gales del Sur, el estado australiano más poblado, se manifestaron este martes para protestar por la falta de recursos durante la pandemia del covid-19 y un aumento de salarios.
La multitud de enfermeros y otros trabajadores, muchos vestidos con uniformes quirúrgicos, marcharon por el centro de Sídney hasta el Parlamento regional con carteles en los que se leían: «Déjennos de decir que aguantemos», «los pacientes por encima de las ganancias» o «un personal seguro salva vidas».
«La política del gobierno de ‘dejarlo pasar’ no solo ha causado la pérdida sin sentido de vidas por culpa de la covid, sino que también se han perdido vidas por no tener suficiente personal y llegar a los pacientes a tiempo», dijo en la protesta O’Bray Smith, de la Asociación de Enfermeras y Obstetras de Nueva Gales del Sur.
La huelga, la primera en una década y que incluyó otra treintena de marchas en diversos lugares del resto del territorio de Nueva Gales del Sur, se llevó a cabo a pesar de que la Comisión de Relaciones Industriales prohibiera la víspera esta medida de fuerza.
Los trabajadores aseguran estar disconformes con el aumento salarial del 2.5% después de un congelamiento en los sueldos por tres años, así como por las dificultades que enfrentan para acceder a indemnizaciones laborales cuando contraen la covid.
Además se quejan por el estrés que afrontan durante la pandemia y exigen la implementación de un ratio entre pacientes y enfermeros, aunque el gobierno regional se niega por considerarlos ineficaces.
El ministro de Salud de Nueva Gales del Sur, Brad Hazzard, quien se reunió con los sindicatos en un intento por abortar la huelga calificó la protesta como «desafortunada», en una entrevista con la emisora 2GB en la que insistió en que el gobierno regional ha intentado abordar sus principales reclamos.
En la jornada, solamente un grupo básico de enfermeros brindó los servicios básicos a sus pacientes en los hospitales públicos en plena crisis sanitaria por la irrupción de la variante ómicron, que ha golpeado particularmente a Sídney y el resto de Nueva Gales del Sur.
Nueva Gales del Sur, que fue confinada por unos tres meses en el segundo semestre de 2021 por un brote con la variante delta, fue la primera región australiana en abrir sus fronteras internacionales en noviembre pasado, lo que provocó la entrada de la variante ómicron.
En Australia más de un diez por ciento entre la población de 25 millones de habitantes, la mayoría de ellos en Nueva Gales del Sur y el vecino estado de Victoria, han contraído el covid-19 desde el inicio de la pandemia, cifra que incluye a más de 4,600 muertos.