San Juan (EFE) – Parejas del mismo sexo desafían con su baile los prejuicios de la sociedad de Puerto Rico, una de las cunas de la salsa, derribando también los roles de este ritmo tropical que tradicionalmente ha marcado que el hombre dirija y la mujer, se deje guiar.
Hace tres años que la puertorriqueña Amalís M. Cintron comenzó a crear «un espacio» en el que sentirse cómoda bailando salsa asumiendo el rol de líder y, a través de su proyecto «Salsayternura», fomenta la danza inclusiva para desvincular el rol del género en el baile, según explica a EFE.
En las clases de Cintron, que lleva bailando salsa desde 2012, no se habla de rol de «chicos» o «chicas», como tradicionalmente se ha establecido en los bailes de salón, en su lugar se utilizan los términos independientes del género: «líderes» y «seguidores».
A sus 33 años, la profesora, pionera en enseñar a otras mujeres a liderar en el baile en Puerto Rico, rememora que cuando empezó a bailar dirigiendo a los llamados seguidores se sintió «observada» y se encontró «con todos esos cuestionamientos y todo ese posicionamiento de ‘pero, ¿estás haciendo de varón?».
La violencia en el rol heteronormativo
La instructora de salsa relata que los principales motivos por los que sus estudiantes se inscriben a sus clases es porque «quieren aprender un rol nuevo, quieren aprender entre amigas, no quieren esperar que alguien las saque, quieren bailar con sus parejas mujeres y porque hay mucha violencia en el rol heteronormativo».
El cambio de rol llega asimismo porque las bailarinas de salsa aseguran que en determinadas ocasiones cuando bailan con hombres se sienten acosadas, mientras que las letras de las canciones tienen componentes machistas.
Para Cintron, la sociedad puertorriqueña «poco a poco se va acostumbrando a ver a dos mujeres bailando juntas, pero todavía hay mucha resistencia, todavía hay intervenciones de hombres cuando ven a dos mujeres bailando juntas» y miradas incrédulas.
La salsa nació hace más de 70 años en Nueva York de la mano de músicos predominantemente puertorriqueños y cubanos, y forma parte de la cultura puertorriqueña con destacados artistas de este género como Ismael Rivera, Héctor Lavoe o Willie Colón.
«Esta oportunidad empodera»
«Me encanta y me entusiasma poder bailar a mi hermana, bailar a mis primas, bailar a todas mis amigas, y que no tengamos que esperar por ninguna persona que venga a sacarnos», afirma Annette Jiménez, que a sus 55 años está aprendiendo a liderar en el baile en los talleres de Cintron.
En este contexto, Jiménez, oriunda de Vega Baja en el norte de Puerto Rico, hace hincapié en que «esta oportunidad empodera a las mujeres a poder divertirse sin tener que soportar cosas que no son consentidas» y con una sonrisa muestra su alegría porque las dinámicas dentro del baile están cambiando.
A los cursos de Cintron también asisten hombres que quieren asumir el rol de seguidores como es el caso de Jorge Maldonado, de 30 años.
El joven, nacido en San Juan, cuenta que le gusta «explorar y sentir el baile desde otra óptica» y, para él, siendo seguidor uno «puede sentir más» el baile y la música.
«Cuanta más gente lo esté haciendo se va a ver más normal», incita así Maldonado a los bailadores de salsa a intercambiar los roles.
Romper estereotipos
Para Cintrón es necesario crear «dinámicas de hermandad» en el baile, romper estereotipos y reivindicar la aceptación porque «cada vez más personas se van identificando con esto» y, por ello, aparece bailando con otra mujer en un videoclip de salsa que se va a lanzar próximamente.
También destaca que hay que desvincular el rol que se elige a la hora de bailar del género o la sexualidad, ya que no por escoger cambiar el rol en el baile significa que esa persona tenga una orientación sexual determinada.
Asimismo, la bailarina de salsa reclama que en las competencias de baile internacionales cada vez haya más presencia de parejas del mismo sexo, algo que ha visto en Estados Unidos y Europa, pero que aún no está normalizado.
«Que sigan habiendo estas oportunidades de crear nuevos espacios para que sigamos compartiendo esa energía que tiene la salsa de disfrute, de goce, de compartir, de unir a la comunidad», zanja Cintron sobre el futuro de este género musical.