Por Mariangie Garay M.Ed.OTR/L
Terapeuta Ocupacional
Especial Para EyBoricua.com
Jugar es una actividad universal, en cualquier cultura del mundo se juega. La mayoría de las veces identificamos el juego con los niños, pero la realidad es que el juego debe estar presente en todas las etapas, aunque con diferentes propósitos.
En la terapia ocupacional, el juego es utilizado como uno de los medios de intervención. Este se aplica de forma que permita trabajar el objetivo deseado con creatividad y generar un mayor interés y un alto nivel de ejecución en el paciente.
En los procesos de aprendizaje, el juego es considerado como una estrategia muy efectiva ya que mediante actividades lúdicas, didácticas y de esparcimiento, se promueven los procesos de atención, aprendizaje, memoria y una conducta deseada, entre otros.
En los niños, jugar y aprender son su ocupación primaria. Es a través del juego que el niño explora y conoce su comunidad. Por esta razón es importante proveerle el tiempo, el lugar, y el espacio necesario para de esta manera fomentar el aprendizaje. El juego contribuye al desarrollo de sus habilidades y destrezas sociales, cognitivas y motoras.
En los adolescentes contribuye a la distracción y al desarrollo de sus capacidades físicas, afectivas y racionales. Potencia la autoestima y mejora las relaciones sociales. Se recomienda para reducir conductas de riesgo como el bullying, abuso de sustancias controladas, violencia, sexualidad precoz, entre otros. Se debe integrar la actividad física para la prevención de condiciones cardiovasculares y respiratorias, y para el funcionamiento cerebral.
En el caso de los videojuegos, al utilizarse con prudencia y supervisión, tienen beneficios positivos como promover y desarrollar la coordinación visomotora, destrezas de visualización, las habilidades mentales y destrezas de percepción visual.
De otra parte, los padres y/o tutores deben tener cuidado con aspectos negativos de los juego como la adicción, dejar de practicar actividades recreativas, comportamientos violentos o impulsivos. Por eso los padres deben establecer controles y balancear las diferentes actividades e intereses del adolescente.
En los adultos el juego promueve la actividad social, el relacionarse con otros, manejo de estrés y ansiedad y destrezas de concentración. El juego es una actividad de distracción a las tareas cotidianas, un tipo de práctica de relajación.
En esta etapa los juegos en los adultos suelen ser más de estrategia como son los juegos de apuesta y de mesas, el bingo, billar, entre otros. Pero de igual manera, se debe identificar cuando ese juego se convierte en una adicción como por ejemplo los juegos de apuestas.