Es nuestra responsabilidad exigir a cada aspirante político, que incluyan la sostenibilidad ambiental en Puerto Rico frente a las amenazas del cambio climático
Por Edwin A. Hernández, PhD.
Científico Senior Sociedad Ambiente Marino
Durante las pasadas dos décadas, Puerto Rico ha experimentado numerosos eventos extremos asociados al impacto del cambio climático. Desde huracanes cada vez más intensos y destructivos, al igual que eventos extremos de lluvias, inundaciones y sequías, que han impactado adversamente a la economía y la agricultura, por ende, a la seguridad alimentaria. Las olas de calor marino causando blanqueamiento de coral y brotes de enfermedades letales en los corales han provocado una degradación significativa de nuestros arrecifes de coral. Lamentablemente, es poco lo que el país ha logrado avanzar en términos de implantar políticas públicas y acciones de manejo para minimizar y mitigar este tipo de impactos y para implantar acciones viables para dirigir al país hacia un verdadero desarrollo sostenible.
En noviembre se llevarán a cabo nuevas elecciones para decidir quiénes van a gobernar al país. Esto nos lleva a plantearnos, cuál es el compromiso de cada partido político en sus respectivas plataformas de campaña en atender asuntos de vital importancia como la sostenibilidad ambiental, la adaptación y mitigación ante el impacto del cambio climático.
Es nuestra responsabilidad exigir a cada aspirante político, que incluyan la sostenibilidad ambiental en Puerto Rico frente a las amenazas del cambio climático.
Algunas recomendaciones de acción incluyen:
La mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero: Fomentar un programa masivo de reforestación para aumentar nuestra capacidad de secuestrar dióxido de carbono atmosférico, a la vez que mejoramos el microclima de los entornos urbanos y sembramos más árboles frutales. Se debe incentivar el aumento en la adopción de energías renovables, como la solar y la eólica, tanto a nivel residencial como industrial, para alcanzar un 20% de generación renovable en la próxima década y gradualmente comenzar a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Se debe promover la adaptación y resiliencia costera, desde el desarrollar e implementar planes que incluyan la restauración de arrecifes de coral, hierbas marinas, manglares y la creación de barreras naturales para proteger las áreas costeras de la erosión y las marejadas ciclónicas. Incluir la gestión sostenible del agua, como la captación de agua de lluvia y el uso eficiente del agua en la agricultura, la industria y el hogar, para hacer frente a la escasez de agua y la intrusión salina causada por el aumento del nivel del mar.
La Conservación de ecosistemas terrestres y marinos se establece protegiendo y restaurando los ecosistemas terrestres y marinos, tales como los bosques tropicales y los arrecifes de coral, que desempeñan un papel crucial en la captura de carbono y la protección contra eventos climáticos extremos. Incentivar prácticas agrícolas sostenibles, como la agroforestería y la agricultura orgánica, que mejoren la resiliencia de los sistemas alimentarios frente a los cambios climáticos y contribuyan a la conservación del suelo y la biodiversidad. Integrar consideraciones de cambio climático y aumento del nivel del mar en la planificación urbana y el desarrollo de infraestructuras resilientes, como sistemas de drenaje pluvial mejorados y zonas verdes urbanas que actúen como espacios de retención de agua.
La educación ambiental y la sensibilización pública sobre los impactos del cambio climático y la importancia de la acción para mitigar y adaptarse a estos cambios. El fomentar la participación de las comunidades locales en la toma de decisiones y la implementación de medidas de adaptación y mitigación, reconociendo su conocimiento tradicional y su capacidad para desarrollar soluciones innovadoras, equitativas y justas.
Es de urgencia el aplicar políticas y legislación ambiental sólidas que promuevan la sostenibilidad y la protección del medio ambiente, la protección de los recursos naturales críticos en las costas, el establecimiento de mecanismos eficientes de participación pública, así como la cooperación internacional en la lucha contra el cambio climático.
La agenda es extensa, pero es vital tomar en cuenta la experiencia e investigaciones que desarrollamos las organizaciones especializadas en asuntos ambientales para que podamos tener un Puerto Rico habitable y productivo en el futuro. Es nuestro turno de dejar un legado a las generaciones futuras. Los partidos políticos están obligados a comprometerse. Pero nos toca a los ciudadanos asegurarnos de que estos objetivos mínimos se cumplan y se incorporen en sus respectivas plataformas de campaña.
El pueblo está pendiente.