La carencia de espacios públicos y recursos impulsa a los jóvenes creadores a buscar alternativas en galerías independientes para dar a conocer y vender sus obras
Por Esther Alaejos
Agencia EFE
San Juan, Puerto Rico (EFE) – Los jóvenes artistas plásticos puertorriqueños afilan su ingenio a través de la autogestión en galerías privadas o independientes para intentar vivir de sus creaciones artísticas, debido a la falta de apoyo gubernamental y la escasez de espacios para exponer sus obras.
«El apoyo, si existe, nadie nunca se entera. Entonces, si existe, ¿cómo van a hacerlo saber y, si no existe, por qué no lo están haciendo? Porque realmente hay mucha necesidad dentro de la comunidad artística», clamó a EFE el artista puertorriqueño de 33 años, Edwin Maurás Maldonado.
Nacido en Trujillo Alto, creció en el seno de una familia de artistas, rodeado de los pinceles, los caballetes y las pinturas de sus padres. Ahí forjó su pasión por «salir del caos» y plasmar con colores primarios sus emociones en composiciones abstractas de PVC, metacrilato y acero inoxidable.
Maldonado presentó esta semana su exposición ‘Recetas imaginarias para salir del caos’ en el espacio A Cueto Gallery, compuesta de 17 obras escultóricas que empezó a crear en 2017, algo que define «como un logro», tras haber sobrevivido a la pandemia y otras catástrofes como el huracán Fiona realizando otros trabajos.
«Es mi tercera exposición individual, no exhibo desde 2019», rememoró el artista, que hace cinco años expuso en el Museo Europeo de Arte Moderno de Barcelona (MEAM, por sus siglas en inglés), donde fue galardonado en la bienal con el premio Velázquez, y en el Kendall Art Center en la Semana de Arte de Miami, en EE.UU.
Carencia de espacios públicos para el arte
Al igual que Maldonado, a sus 32 años, el artista multidisciplinario Fabián Alexander Rodríguez, afirmó que «la autogestión es la clave» para poder ser retribuido por su trabajo, ante la falta de recursos que llegan por parte de las autoridades.
Ante esta situación, este mes de septiembre exhibió en la galería Guatíbiri, en Río Piedras, y la más antigua del Caribe.
Esta sala de exposiciones la abrió Rubén Darío, un hombre que dejó su trabajo en Wall Street e, inspirado por los dibujos de unos niños, decidió habilitar, un espacio para el arte puertorriqueño donde han expuesto artistas reconocidos como Antonio Martorell o Rafael Tufiño.
Rodríguez, que parte de su obra la creó en Nueva York, agradece poder exhibir en Guatíbiri, pero lamenta que el público al que llega en estos espacios independientes y en galerías privadas es «bien limitado».
El artista criticó que recibir apoyo gubernamental o de una institución «es muy difícil»: «Tienes que ser alguien muy reconocido», agregó.
«No hay muchos fondos para Bellas Artes»
Por su parte, Yanira Santa, gerente de Operaciones del Programa de Bellas Artes y Tecnología del Departamento de Educación de Puerto Rico, aseguró que históricamente no ha habido muchos fondos destinados a las artes.
«No se reciben muchos fondos para Bellas Artes, es medio difícil que nos den», declaró a EFE Santa.
Sin embargo, este año recibió cuatro millones de dólares para cultura y, de ese dinero, alrededor de $1,200,000 fueron otorgados a escuelas y proyectos de arte.
«Llevábamos años sin recibir fondos, este año por fin se pudieron comprar materiales para las diferentes escuelas de arte que hacía falta», dijo la encargada de arte en el Departamento de Educación.
Según Santa, «no es que no haya fondos, es que hay que hacer un plan de trabajo, hay que integrarlo con otras materias y poder justificar ese plan».