El boxeo es uno de los deportes más practicados en República Dominicana y, como en casi todas partes del mundo, sus atletas provienen de sectores de bajos recursos
Por Ramón Santos Lantigua
Santo Domingo (EFE) – Los puños y el sudor del boxeo le han valido a República Dominicana para conseguir cuatro de las catorce medallas que ha conquistado el país desde que en 1964, en Tokio, comenzara su andadura en los Juegos Olímpicos y fue precisamente este deporte el que, veinte años después, llevó por primera vez a un atleta dominicano al podio olímpico.
Esto puede tener una explicación natural: el boxeo es uno de los deportes más practicados en República Dominicana y, como en casi todas partes del mundo, sus atletas provienen de sectores de bajos recursos, por lo que triunfar en esta disciplina puede cambiarle la vida a un joven en el aspecto económico.
Para muestra, dos botones: Yunior Alcántara (51 kilos) y Cristian Pinales (80) recibieron cada uno ocho millones de pesos (algo más de 134.000 dólares) por parte del Gobierno dominicano tras ganar sendas medallas de bronce en París 2024.
La velocista Marileidy Paulino, que llegó a correr descalza en sus inicios, recibió 15 millones de pesos (unos $252,000) tras hacerse con el oro en los 400 metros e implantar nueva marca olímpica.
Ellos tres fueron los atletas de República Dominicana que subieron al podio parisino.
El dinero no es lo más importante para Alcántara
«Hay algo más importante y determinante que el dinero y es el amor por el deporte. Empecé a practicar boxeo a los 11 años porque mi hermano de 16 lo hacía en un pequeño gimnasio en mi pueblo», detalla a EFE Alcántara.
Yunior Alcántara, de 20 años, afirma que, si «le da mente» al dinero prometido por alcanzar una medalla olímpica, en ese mismo momento empieza a «perder la confianza» y las posibilidades de alcanzar sus metas se alejan.
«Para llegar al punto de lucha por medalla hay que ganar varias peleas antes, ahí es que hay que emplearse a fondo porque, si no avanzas en las preliminares, no hay posibilidades de medallas», afirma el boxeador, que logró el pase a las Olimpiadas tras ganar el oro en los Juegos Panamericanos.
Este peso gallo cree que, pese al resultado final, «ganó la pelea» ante el francés Billal Bennama en las semifinales de París 2024, una victoria que le habría asegurado la medalla de plata, y con ello más ‘plata’ en su país, ya que para ese metal el Gobierno y el Ministerio de Deportes habían reservado 10 millones de pesos (unos $168,000).
Las circunstancias de Pinales
El semipesado Cristian Pinales dice a EFE que se siente a gusto con representar a su país y que su eventual pase al profesionalismo estará determinado por las circunstancias.
«Esa primera experiencia en Juegos Olímpicos es muy valiosa para un boxeador u otro atleta. En este mismo mes volvemos a entrenar (él y Alcántara), ya está bien para vacaciones», declara entre risas.
Pinales, considerado por los expertos en República Dominicana con el «físico ideal» para este deporte, practicaba baloncesto hasta que un día se topó en su barrio con varios chicos que peleaban al boxeo de manera informal. Ese día él también «se puso los guantes» y de ahí en adelante ha continuado hasta colgarse el bronce en París.
«Soy un boxeador joven (23 años) y claro que tengo que mejorar varios aspectos de mi técnica, pero para eso entrenamos duro y tenemos la ayuda del maestro (el entrenador cubano Armando Hernández). Esto es como una ciencia: cada vez se aprende más, tanto de los rivales como de uno mismo», asegura.
En República Dominicana la práctica del boxeo es generalizada y la historia recuerda que la primera medalla olímpica dominicana la obtuvo el pugilista Pedro Julio Nolasco, quien se hizo con el bronce en los 54 kilos en Los Ángeles 1984.
Veinticuatro años después, en Pekín 2008, el «arte de los puños enguantados» dio la gloria a República Dominicana con la medalla de oro que conquistó, fuera de todo pronóstico, Félix Díaz en los 60 kilos.