La ‘Necropolítica’ es la inacción de un gobierno que no estaba asumiendo la responsabilidad de ofrecer una respuesta a la sociedad ante una crisis sanitaria sin precedentes
Ciudad de México, 15 ago (EFE).- El colectivo neoyorquino de arte y activismo ‘Gran Fury’ llega por vez primera a Ciudad de México, donde este jueves inauguró la exposición ‘El arte no es suficiente’, inspirada en los carteles más conocidos de la agrupación para reflexionar sobre la epidemia por VIH en Estados Unidos.
El Museo Universitario del Chopo, en la capital mexicana, alberga desde ahora más de 70 obras pertenecientes a esta exposición que hace un recorrido histórico y de denuncia sobre las primeras etapas de la epidemia por VIH/sida en Estados Unidos en la década de 1980.
Gran Fury surgió en Nueva York en esa época de la organización ACT UP, que luchaba contra la crisis del sida, entidad para la que realizaron campañas de visibilización sobre el VIH con arte y diseño de forma disruptiva.
A la entrada del museo, lo primero que se percibe es una gigantesca imagen de una pareja homosexual, una lesbiana y una heterosexual besándose acompañada por el lema ‘Besar no mata: la codicia y la indiferencia sí’.
En palabras de los autores, los estadounidenses Loring McAlpin y John Lindell, presentes en la exposición de sus obras, esta primera imagen tiene una doble de denuncia: el VIH es intransmisible por besos o contacto no sexual, y la normalización social de las parejas del mismo sexo.
En el momento de realización de los distintos carteles, una de las grandes motivaciones de los artistas era resaltar el fracaso político del presidente estadounidense Ronald Reagan (1981-1989), cuyo gobierno mantuvo silencio sobre la epidemia por VIH hasta 1987, pese a haber comenzado en 1981.
La ‘Necropolítica’, denuncian sus autores, es la inacción de un gobierno que no estaba asumiendo la responsabilidad de ofrecer una respuesta a la sociedad ante una crisis sanitaria sin precedentes.
La homofobia es otro de los grandes temas en la muestra, la denuncia ante la actitud de gran parte de la sociedad estadounidense y también de los responsables políticos que consideraban la infección por VIH algo casi exclusivo del colectivo LGBTI, excluyendo a las mujeres, limitando los escasos tratamientos, y promoviendo el estigma hacia grupos vulnerables.
Quienes acudan a la exposición se encontrarán con una llamativa imagen del papa Juan Pablo II entre un texto que cuestiona el discurso de la jerarquía eclesiástica y su moral ante la epidemia por VIH en el mundo.
«El sida está causado por un virus y los virus no tienen moral», dice la obra, en lo que es una denuncia a la negativa de la Iglesia católica al uso de preservativos, herramienta fundamental en la prevención del VIH.
Para Lindell, «el reto ahora está en el acceso a los tratamientos, especialmente para la población negra localizada al sur de los Estados Unidos».
Esta exposición se estrena el día que decenas de organizaciones civiles pidieron a la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, un plan para contener la epidemia de VIH el país tras un récord de más de 17.000 casos anuales y un aumento en los últimos cinco años.