La existencia del pueblo secoya data de fines del siglo XVI
Quito (EFE) – Los siekopai o secoya, un pueblo indígena de la selva amazónica cuyo territorio se encuentra dividido entre Ecuador y Perú, celebraron su tercer encuentro binacional con el anhelo compartido de lograr la titulación de su espacio ancestral a ambos lados de la frontera, que abarca al menos unas 160,000 hectáreas.
El encuentro congregó a alrededor de 200 indígenas de ambos países, identificados como siekopai en Ecuador y como secoya en Perú, los días 22 y 23 de julio en la comunidad ecuatoriana de Mañoco – Pë’këya, según informó la organización ambientalista Amazon Frontlines en un comunicado.
De acuerdo al reporte de la organización no gubernamental, la reunión tuvo un ambiente de fiesta y hermandad, en el que las familias se reencontraron con parientes a quienes no veían desde hacía muchos años.
Esta nación indígena quedó fragmentada por la guerra de 1941 entre Ecuador y Perú, con la que después se fijó el límite fronterizo entre ambos países, y desde entonces este pueblo originario inició la lucha por la reunificación territorial y familiar.
«Actualmente es una nacionalidad en riesgo de desaparición cultural y física. Su vasto conocimiento sobre la selva son criterios indispensables para una conservación eficiente, y la recuperación de su territorio es un vital para la pervivencia física y cultural siekopai», advirtió la organización internacional.
Entre ambos países apenas llegan a las 2,000 personas (800 en Ecuador y 1.200 en Perú), diezmadas por el colonialismo, la evangelización, la fiebre del caucho, la guerra y ahora, por el extractivismo petrolero y agroindustrial.
Según los datos obtenidos por el Ministerio de Cultura de Perú, la población de las comunidades peruanas del pueblo secoya, también concoido como aido pãi, se estima en 787 personas.
Reciente victoria judicial en Ecuador
El primer encuentro binacional tuvo lugar en 1999 en la comunidad peruana de Wajoya, y esta última reunión de la pasada semana se celebró con la reciente victoria judicial obtenida en Ecuador, donde un juez ordenó la titulación en favor de esta nación indígena de más de 42,000 hectáreas de Pë’këya, el corazón espiritual de su territorio ancestral.
«Esta es la primera vez que se consigue la titulación de un territorio indígena que se encuentra dentro de lo que el Estado ha definido como área protegida. La sentencia todavía no se ha cumplido», recordó Amazon Frontlines.
Pë’këya se encuentra dentro de la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno y es el hogar de algunos de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta, al albergar al menos 200 especies de reptiles y anfibios, unos 600 tipos de aves y 167 tipos de mamíferos.
En Perú, las comunidades Mashunta, San Martín de Porres y Vencedor-Wajoya demandaron al Estado para lograr la titulación integral de su territorio.
Estas tres comunidades peruanas tienen hasta el 80%, correspondiente a cerca de 120.000 de su territorio bajo la figura legal de “cesión en uso”, una especie de préstamo del Estado, pero su objetivo es que estos territorios, donde están sus lugares sagrados y de origen mitológico, sean de su plena propiedad comunal.
Para los secoya, el territorio tiene una base ideológica que está contenida en los mitos, narraciones que relatan las acciones realizadas por sus ancestros en tiempos de los inicios del mundo.
Contactados desde el siglo XVI
La existencia del pueblo secoya data de fines del siglo XVI, cuando los misioneros jesuitas incursionaron en este territorio ocupado por pueblos a quienes denominaron “encabellados” o “tucanos occidentales”, por sus lenguas originarias.
Se conoce que, entre los años 1858 y 1879, la población secoya habría mermado a causa de epidemias, y a fines del siglo XIX y comienzos del XX, el ‘boom’ del caucho dejó huellas de violencia y un sistema de peonaje por endeudamiento que afectó a los secoyas hasta los años 40.
Con el estallido del conflicto bélico en 1941 entre Ecuador y Perú, los sobrevivientes se refugiaron en las quebradas.
Actualmente los siekopai o secoya practican tradicionalmente una agricultura de roza y quema. Las chacras (huertos) comunales son extensas y producen principalmente, yuca, plátano, maíz, frijol, tabaco, piña, ají, camote (batata) y ñame.