Por Paula Escalada Medrano
Agencia EFE
Manaos (Brasil) – El planeta no está en peligro por culpa de figuras como Donald Trump, pues pese a que contribuyen a su degradación con sus políticas negacionistas, es la humanidad la verdadera responsable al estar «usando más de lo que necesita», afirmó en una entrevista a EFE el presidente y director ejecutivo de World Wildlife Fund (WWF) para Estados Unidos, Carter Roberts.
«El planeta está en peligro no por culpa de Donald Trump sino por culpa de todos nosotros, porque todos vivimos por encima de nuestras posibilidades», apuntó el directivo de la ONG del logo del panda.
El planeta está en peligro, añadió, porque «contamos los dólares y los centavos más que la biodiversidad en la naturaleza y el clima» y porque «la gente necesita alimentar a sus familias y, a menos que encuentren una manera de hacerlo utilizando menos tierra, energía y agua, destruirán la naturaleza».
Por eso, añadió, depende de la humanidad «encontrar nuevas soluciones, nuevos caminos para el desarrollo» porque «no puede depender todo de una sola persona», ni del expresidente Trump (2017-2021) -favorito a ganar las elecciones presidenciales de Estados Unidos- ni de «otros líderes mundiales» como el expresidente brasileño Jair Bolsonaro (2019-2023), que con sus políticas ponen en riesgo cualquier avance de protección medioambiental.
Estados Unidos se convirtió en 2020 en el primer país del mundo en retirarse formalmente del Acuerdo de París, que fue aprobado en 2015 para fortalecer la respuesta global a la amenaza del cambio climático, mientras que Brasil retrocedió con Bolsonaro en la mayoría de los indicadores, como el de la deforestación.
En tiempos como aquellos, WWF vio más vital que nunca la existencia de «asociaciones con empresas» para evitar que se revirtiera el progreso logrado.
Ante la necesidad de fortalecer estas asociaciones, Roberts participó esta semana en Manaos, en el corazón de la Amazonía brasileña, en la Semana de la Sostenibilidad, un evento organizado por BID Invest, el brazo privado del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Roberts lleva más de dos décadas participando en reuniones medioambientales de alto nivel, pero «en los últimos cinco años» ha comprobado que las empresas están «cada vez más presentes», cuenta.
Y lo están porque «ven una oportunidad de ganar dinero y ganar cuota» en el mercado de la sostenibilidad, pero también porque saben que «tienen que hacerlo», ya que «los gobiernos promulgarán leyes que les obligarán a crear nuevos modelos» de negocio.
¿Es posible que convivan las inversiones necesarias para la supervivencia de la población con la protección medioambiental? En opinión de Roberts sí lo es, pero para ello «se necesita un liderazgo gubernamental bueno y fuerte, un marco regulatorio» y «barreras protectoras» que estipulen «cómo debe ser el desarrollo económico».
También una sociedad civil que «mida lo que está sucediendo», añadió. En América Latina, por ejemplo, hay una «vibrante» sociedad civil y «una enorme cantidad de ONG y defensores feroces muy bien educados que luchan por la Amazonía».
Pese al riesgo al cambio de partidos políticos, inherente a cualquier democracia, en América Latina hay un escenario más propicio «para la continuidad» del que se ve «en otras partes del mundo, en otros continentes», afirmó el CEO de WWF.
«Nosotros, como ONG, tenemos que ser expertos en navegar entre diferentes partidos políticos y crear programas que cuenten con el apoyo de diferentes partidos extremos», añadió.
Porque aunque «es importante» quién gobierna, insistió Roberts, «hay muchas fuentes diferentes de poder» con las que abordar la conservación y el cambio climático.