Ginebra (EFE) – Activistas de la organización ecologista Greenpeace se manifestaron este jueves en Châtel-Saint-Genis (Suiza) frente a la sede central de la empresa de minería submarina Allseas para pedir el fin de este tipo de explotación de los fondos marinos.
Los manifestantes portaron pancartas con consignas como «Proteged las maravillas de las profundidades marinas» y distribuyeron folletos contra la minería submarina entre los empleados de la multinacional.
Otra acción de protesta se produjo de forma simultánea ante la sucursal de la empresa en la ciudad holandesa de Delft, donde los manifestantes cambiaron el rótulo de la fachada del edificio de «Allseas» a «Killseas» (Mata océanos).
En un comunicado, Greenpeace explicó que el objetivo de estos actos de protesta es pedir el fin de la práctica de la minería submarina, consistente en la extracción de minerales y metales mediante la explotación de los fondos marinos en aguas internacionales.
En concreto, Allseas se ha convertido en una de las principales impulsoras de esta industria a nivel internacional, invirtiendo millones de euros en el desarrollo y construcción de buques y equipos especializados para la explotación en aguas profundas, además de crear su propia empresa de minería submarina, Blue Minerals.
Desde Greenpeace acusan a la multinacional de «estar dispuesta a causar daños irreparables a un ecosistema único sólo para ganar dinero» y advierten que las consecuencias de cualquier intervención humana en estos entornos son «potencialmente desastrosas».
«Las profundidades oceánicas no son objeto de especulación, sino un milagro de la naturaleza de vital importancia para el clima», añadió en el comunicado la directora de Greenpeace Suiza y bióloga marina, Iris Menn.
Advierten de que, además del riesgo que esta industria representa para los «hábitats únicos» de los fondos marinos, también extrae metales como el cobalto, el cobre, el manganeso o el níquel, algunos de los cuales son esenciales para la transición energética.