San Juan, Puerto Rico – La Agencia Federal de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, en inglés) anunció una inversión de más de $3.4 millones destinada a evaluar y limpiar terrenos de Brownfields en Puerto Rico, promoviendo así la justicia ambiental. Estas inversiones ayudarán a transformar propiedades contaminadas, vacantes y abandonadas en bienes comunitarios, creando empleos y estimulando la revitalización económica en comunidades afectadas por la contaminación.
El anuncio se realizó en la Plaza del Mercado, en el casco de Río Piedras, por la subadministradora de la EPA, Janet McCabe, el subadministrador adjunto, Cliff Villa, y la administradora regional, Lisa F. García, junto con líderes de la comunidad local.
“El presidente Biden considera que los lugares contaminados y las áreas deterioradas representan una oportunidad para invertir en comunidades más saludables y revitalizadas”, señaló el administrador de la EPA, Michael S. Regan. “Es por eso que obtuvo fondos históricos conforme a la Ley Bipartidista de Infraestructura, impulsando el programa de Brownfields de la EPA para limpiar propiedades contaminadas en comunidades sobrecargadas y devolverlas a un uso productivo.”
Janet McCabe destacó la importancia de esta inversión para Puerto Rico, señalando que “hoy es un momento crucial para Puerto Rico, ya que canalizamos una inversión histórica de la agenda del Presidente Invertir en América hacia la rápida evaluación y limpieza de los sitios que han sido una carga para las comunidades durante demasiado tiempo.”
Lisa F. García añadió que “el programa de Brownfields es una herramienta poderosa que ayuda a las comunidades en Puerto Rico a atender las desigualdades locales al proporcionar un medio para revitalizar propiedades abandonadas y promover la salud ambiental, el crecimiento económico y la creación de empleos.”
Las siguientes organizaciones en Puerto Rico recibirán fondos de Brownfields de la EPA:
Asociación de Residentes de La Margarita, Salinas: $401,000 para evaluar y priorizar lugares del vecindario La Margarita, incluyendo un sitio industrial antiguo de 7.9 acres y un antiguo hospital, entre otros.
Barceloneta: $500,000 para evaluar lugares en el distrito norte de Barceloneta, como una ferretería abandonada y un antiguo centro de recreación de 4.7 acres.
Fideicomiso Para el Desarrollo de Río Piedras, San Juan: $1,000,000 para evaluar y limpiar sitios en el Casco Urbano de Río Piedras, incluyendo el sitio del Colegio La Milagrosa.
Isabela: $500,000 para evaluar lugares en el distrito central de Isabela, como una antigua fábrica de papel de 7 acres y dos edificios escolares antiguos.
Naranjito: $1,000,000 para evaluar sitios en el distrito de la montaña de Naranjito, como un antiguo hospital y una gasolinera cerrada.
Muchas comunidades económicamente presionadas, particularmente aquellas que han experimentado largos periodos de desinversión, carecen de los recursos necesarios para iniciar proyectos de limpieza y reurbanización de terrenos de Brownfields. Gracias al histórico impulso de $1,500 millones de la Ley Bipartidista de Infraestructura del presidente Biden, el Programa de Brownfields de la EPA ayuda a más comunidades a enfrentar los desafíos económicos, sociales y ambientales causados por las zonas industriales abandonadas.
El Programa de Brownfields de la EPA adelanta la Iniciativa Justice40 del presidente Biden, que establece que el 40% de los beneficios generales de ciertas inversiones federales fluyan a comunidades desventajadas afectadas por la falta de inversión y contaminación. Aproximadamente el 86% de las solicitudes seleccionadas para recibir fondos trabajan en áreas que incluyen comunidades desventajadas.
Desde su inicio en 1995, el Programa de Brownfields de la EPA ha aportado casi $2,700 millones en subvenciones para evaluar y tomar acción correctiva en propiedades contaminadas. Gracias a las inversiones históricas de la Ley Bipartidista de Infraestructura, la EPA ha aumentado significativamente esta inversión anual, permitiendo que los montos máximos de adjudicación de las subvenciones aumenten considerablemente.
Estos fondos permitirán a las comunidades de Puerto Rico convertir tierras contaminadas en faros de progreso y optimismo, fomentando un legado de salud, prosperidad y protección del medio ambiente para las generaciones venideras.