Santo Domingo, 12 may (EFE) – Un total de 177 personas murieron desde comienzos de abril en la República Dominicana por el consumo de clerén, un bebida alcohólica de fabricación clandestina, que estaba adulterada con metanol, informaron este martes fuentes oficiales.
Esto supone 22 víctimas mortales más con respecto al último balance oficial, divulgado el pasado 1 de mayo, según los datos facilitados este martes por el Ministerio de Salud Pública.
«La tasa de letalidad es extraordinariamente alta», dijo el ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas, en su rueda de prensa diaria con motivo de la pandemia de coronavirus, que ha causado 10,900 contagios y 402 fallecimientos en el país.
El clerén es un destilado de caña de baja calidad, de producción artesanal y clandestina, que se elabora sin permiso de las autoridades sanitarias, por no considerarlo apto para el consumo humano.
El consumo de este destilado está muy extendido entre la población más pobre de la República Dominicana y del vecino Haití debido a su bajo precio, que ronda un dólar por medio litro.
El clerén no es letal en sí y no suele causar intoxicaciones graves, pero el que ha ocasionado las muertes estaba contaminado con metanol, un alcohol muy tóxico.
La contaminación por metanol puede ocurrir en el proceso de elaboración, como resultado del destilado de maderas, o si se mezclan disolventes en la bebida para abaratar el producto final, que en la República Dominicana también se conoce como tapa floja, tafia o triculí.
Según el Ministerio de Salud Pública, el consumo de estas bebidas ha aumentado desde que comenzaron a aplicarse las medidas de confinamiento de la población para contrarrestar la pandemia, adoptadas en la República Dominicana a partir del pasado 19 de marzo.
El incremento de la demanda se debe «principalmente por el confinamiento», lo que ha tenido como consecuencia que los alcohólicos abandonen su tratamiento, afirma un comunicado del Ministerio, divulgado el pasado fin de semana.
Pero también se debe a «la creencia equivocada» de que la ingesta del clerén «le va a proteger del COVID-19 y eso solo son mitos creados por la información irresponsable de quienes comercian dicho veneno etílico».
Desde que comenzaron las muertes, el pasado 7 de abril, la Policía y el Ministerio de Salud han realizado diversos operativos conjuntos para desmontar las destilerías ilegales que producían el clerén, a veces en condiciones sanitarias muy deficientes.
En un primer momento, los operativos estaban concentrados en el Gran Santo Domingo, pero ya se han realizado decomisos en otras demarcaciones de la República Dominicana, incluyendo en lugares en la zona fronteriza, indicó Sánchez Cárdenas en la rueda de prensa.