Por Andrea Sanz Yus
Santiago de Chile (EFE) – La secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Celeste Saulo, aseguró este viernes en una entrevista con EFE en Chile que el 50% de la población mundial no tiene acceso al sistema de alertas tempranas sobre fenómenos climáticos y que el objetivo es revertir esta situación para 2027.
«El compromiso del secretario general de Naciones Unidas fue lograrlo para un periodo 2027, quizás es una ambición muy alta, pero ahí empiezan las prioridades de mi gestión», señaló Saulo (Buenos Aires, 1964), quien llegó al cargo en enero de 2024 y se convirtió en la primera mujer y en la primera suramericana al frente de la OMM.
Saulo explicó que las «dos patas» para llevar el sistema de alertas tempranas al resto del mundo se centra «primero en fortalecer los sistemas de medición» del estado de la atmósfera, de los océanos, de los hielos o de los ríos, «y segundo en mejorar los sistemas de pronóstico».
«No podemos pronosticar un sistema que no podemos medir bien», explicó en Santiago de Chile, donde viajó esta semana para participar en la Junta de Jefes Ejecutivos del Sistema de las Naciones Unidas y en un simposio sobre cambio climático organizado por la Dirección Meteorológica de Chile.
«Nadie se puede quedar atrás»
La doctora en Ciencias Meteorológicas aseguró que los servicios meteorológicos se ven gravemente afectados por el cambio climático, ya que los eventos extremos son difíciles de pronosticar porque «no están en las estadísticas».
«Son eventos extremos que resultan novedosos y su gestión es distinta, sobre todo por el impacto que tienen, como la pérdida de vidas humanas o la pérdida de bienes materiales», dijo Saulo, quien alertó además de que muchas veces, pese a que los pronósticos son buenos y se realizan con bastante anticipación, «la sociedad no reacciona a tiempo para protegerse».
«Podría ser un tema cultural o que quizá que la gente se piensa que no le va a pasar nada o porque simplemente tiene una conducta que toma riesgos innecesarios”, apuntó.
En América Latina y el Caribe, entre 1998 y 2020 los eventos relacionados con el clima y sus impactos se cobraron más de 312.000 vidas y afectaron a más de 277 millones de personas, de acuerdo a datos de la OMM.
«Nadie se tiene que quedar atrás. Hay que ayudar a traccionar a los que están más atrás pero también los países desarrollados tienen enormes desafíos. Ningún país tiene resuelto (el tema de los sistemas de alertas tempranas) y esa es mi agenda, trabajar con esta diversidad», reconoció.
«Cada vez peor»
Pese a que Latinoamérica contribuye solo con un 9 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, es una de las regiones más vulnerables a los efectos de la crisis climática del mundo.
Los patrones de precipitaciones están en constante cambios en la región, que con mayor frecuencia está sufriendo además eventos extremos, como severas sequías e inundaciones, olas de calor y devastadores incendios forestales, así como el derretimiento de sus glaciares en el polo sur, según los organismos internacionales.
«Los países tienen sus compromisos para buscar la neutralidad, pero la realidad que la atmósfera y los océanos nos cuentan es muy diferente. Están las acciones que manifiestan los países y que dicen de estar tomando, pero mientras tanto el sistema climático nos muestra que cada vez estamos peor», denunció la secretaria general de la OMM, organismo que depende de la ONU y que apoya a los servicios meteorológicos e hidrológicos de cada país.
Según un informe de la OMM publicado hace un año, existe un 66 % de probabilidades de que la temperatura media anual cercana a la superficie supere en 2027 en más de 1,5 °C los niveles preindustriales durante al menos un año, el umbral acordado en el Acuerdo de París.