Naciones Unidas (EFE) – Israel advirtió este jueves en el Consejo de Seguridad de la ONU que si aprueba una resolución para aprobar la membresía plena de Palestina en la ONU equivaldría al «mayor premio al terrorismo».
El embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, insistió en que una resolución semejante, si se aprueba, «tendrá cero impacto en las partes», además de que «causará destrucción durante años y perjudicará cualquier posibilidad de diálogo futuro».
El embajador recordó que el pasado 7 de octubre -fecha del ataque del brazo armado de Hamás contra Israel- fue «la mayor masacre de judíos tras el Holocausto», y pese a ello «este Consejo trata de premiar a sus perpetradores y quienes les apoyan con un Estado. Los violadores de Hamás deben estar viendo esta reunión y sonriendo», dijo.
Más allá de la retórica, Erdan objetó que los palestinos no cumplen los requerimientos de un Estado para entrar en la ONU: una población permanente, un territorio definido, capacidad de tener relaciones exteriores con otros Estados y, «lo más importante, que sea un Estado amante de la paz».
«¡Vaya broma! ¿Alguien duda de que los palestinos no pueden cumplir estos criterios? -proclamó- ¿Creen ustedes de verdad que esta resolución hará más posible una solución o cambiará algo sobre el terreno?».
Las palabras de Erdan las pronunció en una sala llena de ministros y enviados que en su mayor parte apoyan ese futuro Estado palestino, como es el caso de los cancilleres de España, Argelia, Jordania, Malta, Brasil, Bolivia, Irán y Colombia, además de representantes de menor rango de 70 países que pidieron la palabra y en su mayor parte apoyan la petición palestina.
Guterres habla de «la responsabilidad moral»
El secretario general de la ONU, António Guterres, subrayó este jueves «la responsabilidad y la obligación moral» de la comunidad internacional para hacer viable un Estado palestino, en horas previas a que se vote la membresía plena de Palestina en la ONU.
En un discurso ante el Consejo de Seguridad dedicado a la cuestión, Guterres dijo que «el objetivo último sigue siendo la solución de dos estados (Israel y Palestina)», y «la comunidad internacional tiene la responsabilidad y la obligación moral de ayudar a que esto suceda».
Eso conllevará -explicó el secretario general- «el fin de la ocupación y el establecimiento de un Estado soberano totalmente independiente, democrático, con continuidad (territorial), viable y con Gaza como parte integrante».
La admisión de Palestina como estado miembro no es competencia del secretario general, sino de la Asamblea General, previo acuerdo del Consejo de Seguridad, y en los días pasados Guterres ha evitado referirse explícitamente a su opinión sobre la membresía, explicando que esa decisión «compete a los estados miembros».
Sin embargo, la intervención de este jueves deja claro que Guterres apoya a su modo que Palestina se convierta en el estado número 194 de la ONU.
Palestina presentó por vez primera su petición en 2011 pero entonces no superó el primer paso en el procedimiento de la ONU y no se llegó a votar; por ello, la votación de hoy en el Consejo (que podría retrasarse a mañana) será histórica.
Una guerra con un saldo de víctimas «sin precedentes»
La intervención de Guterres en la sesión de este jueves puso además de relieve la gravedad de la situación en Gaza en número de muertos y heridos -«sin precedentes en mi tiempo como secretario general»- y las trabas que Israel sigue poniendo a la entrada de ayuda humanitaria en Gaza.
Puso como ejemplo lo sucedido la semana pasada: entre el 6 y el 12 de abril -explicó- Israel negó la entrada de más del 40 % de las peticiones de la ONU para pasar con ayuda humanitaria a través de los puestos de control israelí.
«Y aunque las autoridades de Israel hayan autorizado más convoyes de ayuda, esas autorizaciones llegan a veces cuando ya es muy tarde y eso hace muy inseguro el retorno», dijo.
También alertó sobre la situación en Cisjordania, donde desde el 7 de octubre han muerto 450 palestinos, 112 de ellos niños, mayormente por fuego israelí pero a veces atacados por colonos mientras los soldados israelíes «se quedaban mirando y sin hacer nada por impedirlo».