Por Wilda Rodríguez
San Juan, Puerto Rico – “Ahora es que me van a ver activa”, anunció la Comisionada Residente Jennifer González tras el discurso de su rival, el gobernadopr Pedro Pierluisi, para las primarias del 2 de junio.
Más le vale, porque le quedan menos de dos meses para activarse o prepararse para un retiro forzoso (largo o corto, pero retiro) de la política. A menos que el Partido Nuevo Progresista sacrifique a un legislador electo para que Jennifer regrese al Capitolio, si la política fogosa y audaz que hemos conocido desde muy joven pierde la primaria contra Pedro Pierluisi, pierde su posición oficial en la política. Por suerte tiene a los gemelos para mantenerse ocupada.
La pregunta es si González tendrá tiempo suficiente para vapulear a Pierluisi en cincuenta y pico de días y ganarle la primaria. Ciertamente su campaña decayó en intensidad en los últimos meses, lo que buenamente justifica con un período post parto necesario tras el nacimiento de sus gemelos. Justificado o no, tiene que llenar y desbordar ese bache antes del 2 de junio o pierde la primaria frente a un Pierluisi vehemente y triunfalista.
El primer intercambio de golpes de González en este retomado encuentro fue con el cuñado de Pierluisi, Andrés Guillemard. Algo así como que Guillemard le llamó traidora del PNP y González le dijo pendejo, tu no tienes los galones para abrir la boca contra mí. Pero la contienda va a necesitar mucho más que la ferocidad de Jennifer González. Va a tener que pensar bien lo que dice contra el PNP y sus nuevos dueños porque su oportunidad inmediata para mantenerse en la política activa es que gane la primaria o que empiece a buscar amigos que le permitan regresar a la Legislatura por la vía rápida: el retiro de un legislador electo por el PNP que le ceda su escaño.
Jennifer González no es Pedro Rosselló, quien protagonizó un período dramático del PNP en el 2005 cuando obligaron al senador electo por el Distrito de Arecibo Victor Loubriel a renunciar para que Rosselló ocupase el escaño. Se dio, pero no se quedó ahí. Rosselló trató de desbancar al ya electo presidente del Senado Kenneth McClintock habiendo jurado que sería él el presidente del Senado. Para destituir de su cargo a McClintock se necesitaba un voto unánime de los 27 senadores del cuerpo. No se dio.
Fue intenso aquel período del PNP. Mucho más que ahora. Pedro Rosselló era una bestia política y era hombre. Habían en el PNP otras bestias – todos hombres – que incluían a Luis Fortuño, Jorge Santini y el sempiterno Tomás Rivera Schatz. Aquella fue una batalla
campal dentro del PNP. Para entonces todavía era una gran fraternidad con el semper fi (siempre fiel) como lema. Ahora no lo es tanto. Ahora los colmillos serán más pequeños (tienen menos electores) pero están más afilados. Una pelea como la del 2005 entre ellos es un espectáculo no apto para cardíacos.
Ser mujer sigue siendo una desventaja en el 2024, así que Jennifer González la tiene difícil si no gana la primaria el 2 de junio.
Ella parece estar convencida de que ganará las primarias y las elecciones. No sé quién más está convencido de eso.
Lo que sí sé es que tiene que hilar fino y lo está haciendo. Su reacción a las palabras del cuñado del gobernador fue mucho más violenta que su reacción al propio mensaje de Pierluisi. Bailó en el ring contra un Pierluisi entusiasmado y hasta agresivo a veces.
Habrá que ver que pasa de aquí en adelante. ¿Quemará o tenderá puentes Jennifer González? Eso nos dará una idea de su fuerza real y de su futuro político.