Jerusalén (EFE) – Miles de israelíes se congregaron en todo el país la noche del sábado en protesta contra el Gobierno de Netanyahu, a quien le exigen el retorno de los 136 rehenes, algo que el liderazgo del grupo Hamás solo parece dispuesto a acatar a cambio de un «cese total» a la guerra en Gaza.
«Nuestra prioridad hoy es aliviar el sufrimiento de nuestro firme pueblo en la Franja de Gaza, alcanzando un cese total y prolongado de la agresión», reiteró este sábado Hamás en un comunicado vía Telegram, tras una conferencia de prensa encabezada por el líder del grupo islamista en el Líbano, Osama Hamdan.
Hamdan aseguró también que el grupo está «en constante comunicación y consulta con todas las fuerzas y facciones de la resistencia palestina» y habló de «cohesión», en lo que parece una alusión implícita a los rumores reportados el viernes por el periódico estadounidense The Wall Street Journal.
Según el diario norteamericano, basándose en fuentes anónimas presentes en las últimas negociaciones, el líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, estaría dispuesto a una tregua temporal de seis semanas, mientras que el jefe del buró político, Ismail Haniyeh, solo aceptaría un alto el fuego permanente, junto a un plan para reconstruir el enclave.
El Gobierno de Netanyahu «no ha logrado ni podrá lograr ninguno de sus objetivos» en esta guerra, alertó Hamdan en su discurso, por lo que «no les queda otra opción que aceptar y someterse a las condiciones de nuestro pueblo y a nuestra resistencia victoriosa».
Entre las condiciones, Hamdan enumeró la retirada completa del Ejército de Israel de Gaza, pero también «levantar el actual asedio a la Franja de Gaza tras 17 años, proporcionar refugio a los desplazados, reconstruir lo que fue destruido» y garantizar la creación de un Estado palestino soberano.
Tras 120 días de guerra por tierra, mar y aire, los islamistas de Hamás continúan armados, respondiendo con ataques esporádicos a lo largo de toda la Franja, mientras que las tropas israelíes bombardean residencias y «objetivos militares», y siguen incautando armamento en bases militares y guaridas, según comunicados castrenses.
Al menos 27,238 gazatíes han perdido la vida en casi cuatro meses de ofensiva; la mayoría mujeres y niños, además de unos 8,000 cuerpos que se estima siguen bajo los escombros. El número total de heridos es de 66,452, según cifras del sábado del Ministerio de Salud en el enclave palestino, controlado por Hamás.
Desde hace días, se espera un alto al fuego en Gaza que garantice el regreso de los rehenes a Israel a cambio de la liberación de presos palestinos, así como la entrada de ayuda humanitaria a la Franja.
Pero las negociaciones parecen estancadas, y según fuentes egipcias y de Hamás citadas el sábado por el periódico catarí ‘The New Arab’, una delegación liderada por Haniyeh habría «pospuesto por unos días» su llegada a El Cairo, uno de los países mediadores de la tregua, debido a «unas consultas adicionales» previas.
En las calles de Israel, tanto de Jerusalén como de Haifa, Tel Aviv o Cesarea, miles de israelíes exigieron a Netanyahu la noche del sábado su dimisión, la liberación de rehenes y elecciones anticipadas, ante lo que muchos consideran un gobierno fracasado.
«El gobierno de Israel durante más de 20 años nos ha descuidado, a nosotros, los residentes de la periferia», dijo en la protesta de Tel Aviv la esposa del secuestrado Omri Miran, y madre de una niña de 10 meses, Lishay Miran-Lavie.
«Ahora, 120 días después del abandono del 7 de octubre, el maltrato continúa. Ciento treinta y seis hombres y mujeres, además de un niño y un bebé siguen allí, en Gaza, cerca pero muy lejos, ¿y usted habla de renacimiento, de vuelta a la rutina?, ¿Se has vuelto loco?, reprochó a Netanyahu esta residente del Kibbutz de Nahal Oz, próximo a Gaza.
“Nuestras hermanas y hermanos están allí (en Gaza) desde hace 120 días, sin aire, sin comida, sin agua. Presos de puro miedo y horror, esperando a que los salvemos», recordó también en Tel Aviv Ruth Yaron, una ex portavoz del Ejército israelí.