Madrid (EFE) – Sin Supercopa y eliminado esta semana por el Athletic en los cuartos de final de la Copa del Rey, el Barcelona se bajó del tren de la Liga tras caer 3-5 con el Villarreal y el proyecto de Xavi Hernández mostró un último signo de derrumbe total que provocó el anuncio más importante de su entrenador: no continuará en el club azulgrana cuando acabe la temporada.
Esa fue la consecuencia de la última hecatombe del Barcelona, el adiós de Xavi que probablemente no fue una sorpresa para muchos. El 30 de junio, el técnico azulgrana dejará de entrenar al que todavía es su equipo con una explicación simple: «No quiero ser un problema para el Barcelona, quiero ser una solución. Pero la gran solución para mí pasa porque deje de ser entrenador el 30 de junio. Es lo mejor para el club», dijo en rueda de prensa.
Y es que, con la victoria del Real Madrid ante Las Palmas (1-2) también este sábado, el conjunto azulgrana terminó la jornada a diez puntos del equipo dirigido por Carlo Ancelotti. El Barcelona va de batacazo en batacazo y los signos de agotamiento en su infinita búsqueda de encontrar la tecla de la excelencia con el ADN blaugrana era más que evidente.
Con la imposibilidad de alcanzar esos objetivos, a los hombres de Xavi sólo les quedaba ganar. Ya daba igual el camino, el sistema, el método o con qué jugadores. Antes del duelo ante el Villarreal, parecía claro que debía empezar a sumar de tres en tres para espantar los fantasmas que empezaban a instalarse por ‘Can Barça’. No lo consiguió, encajó otro ramillete de goles (dieciséis en sus últimos cinco partidos oficiales) y se acabaron las excusas.
Parecían que éstas iban a ir enfocadas al arbitraje cuando Xavi alzó la voz después de que el VAR, con 3-3 en el marcador y sobre la bocina, anulara el penalti que pitó el árbitro José Luis Munuera Montero por una mano de Santi Comesaña y que podría haber dado la victoria al Barcelona. El técnico azulgrana se acercó a una cámara de televisión para dejar la palabra de la jornada: «vergüenza».
Sin embargo, Xavi, en medio del disgusto, olvidó que su equipo había encajado en esos momentos tres goles (luego fueron cinco), que jugó una primera parte errática y que aunque reaccionó con los cambios, cayó por sus propios deméritos para tirar otro título a la basura. Ya solo le queda la Liga de Campeones y el Villarreal, con los tantos de Gerard Moreno, Akhomach, Guedes Sörloth y Morales asaltó un territorio prohibido para Marcelino desde que es entrenador.
Y es que, el proyecto de Xavi tocó fondo pese a remontar un 0-2 en contra con los aciertos de Gündogan, Pedri y Bailly en propia meta. El 3-3, en el minuto 84, la aparición del VAR en el 92 y los goles de Sörloth y Morales, en el 99 y en el 102, respectivamente, iniciaron el hundimiento de un proyecto del que Xavi se bajará en junio.
Antes, el Real Madrid, con muy poco, consiguió una victoria de muchísimo valor en el estadio de Las Palmas. Ganó 1-2, remontó el tanto inicial de Javi Muñoz en el minuto 53 y con más actitud que juego, sumó tres puntos con los que tomó impulso hacia el liderato (con permiso del Girona, que este domingo se enfrentará al Celta).
Ancelotti agitó el banquillo con cinco cambios de inicio respecto a la pasada jornada. Aparecieron por el terreno de juego Lunin, Fran García, Ceballos, Camavinga y Brahim. Se fueron Kepa, Mendy, Tchouameni, Valverde y Bellingham (por sanción). Y, de inicio, el Real Madrid no funcionó. Fue muy esquemático, poco dinámico, sin imaginación y gris. Las Palmas aplicó su fórmula exitosa de esta temporada y puso contra las cuerdas a su rival.
Sin embargo, con su habitual embestida final y con Vinícius y Camavinga como principales agitadores, el Real Madrid volvió a salir del túnel gracias a los tantos del brasileño y de Tchouaméni, que salió desde el banquillo para rematar en el minuto 84 un córner que valía un liderato. El centrocampista francés celebró su 24 cumpleaños con un tanto que sirvió para reivindicarse tras su mala actuación ante el Atlético en Copa: «No quiero que se dude de mi mentalidad», dijo tras el choque.
Los cuartos de final de la Copa del Rey, disputados esta semana, no sentaron muy bien a dos de los equipos que salieron vencedores. El primero, la Real Sociedad, que no pasó del empate sin goles en su estadio ante el Rayo Vallecano. Y el otro, el Mallorca, fue derrotado por el Betis (0-1).
El Reale Arena vivió un empate de mínimos de un choque con apenas ocasiones de gol. Tanto la Real Sociedad como el Rayo Vallecano firmaron un duelo muy flojo y el equipo de Imanol Alguacil, con ocho bajas y visiblemente cansado, se rindió a un punto que consideró valioso con el que se mantiene en la sexta y última plaza europea.
El Betis ya le pisa los talones, está a sólo dos puntos de distancia tras ganar al Mallorca con un tanto de Sergi Altimira, el primero con la camiseta del Betis desde su llegada al club andaluz este verano. El Mallorca, como la Real Sociedad, acusó el esfuerzo de la Copa del Rey y el equipo dirigido por Manuel Pellegini ganó su tercer partido de los últimos diez de Liga para mostrar síntomas de recuperación.