Jerusalén (EFE) – Gaza sigue sumando cada día cientos de nuevas víctimas civiles en una guerra próxima a cumplir los tres meses sin que cese la ofensiva militar de Israel, mientras la tensión crece en la frontera israelí con Líbano tras la muerte en un ataque de uno de los líderes de Hamás.
El Ministerio de Sanidad de la Franja palestina, controlado por el grupo islamista, denunció este miércoles nuevas «masacres» del Ejército israelí, con 128 muertos y 261 heridos, en el día 89 de guerra.
Nuevas víctimas que elevan a 22.313 los muertos y a 57.296 los heridos desde que estalló la guerra el pasado 7 de octubre, pero pueden ser muchos más porque se teme que unos 7.000 desaparecidos siguen bajo escombros de edificios bombardeados.
Más destrucción que en Hiroshima
Tanto el Ejército israelí como Hamás informaron de fuertes combates en la urbe de Jan Yunis, en el área meridional de Gaza, donde Israel busca a líderes del grupo islamista que cree que se esconden en sus túneles.
Rafah, también al sur del enclave y donde se refugian gran parte de los 1,9 millones de desplazados internos por la guerra, y los campos de refugiados de Al Maghazi y Nusseirat, en el centro del enclave, fueron también blanco de los ataques israelíes.
El Gobierno del enclave costero, controlado por Hamás, denunció que el Ejército de Israel ha lanzado en Gaza más de 45.000 misiles y bombas, que suman una potencia superior a tres bombas nucleares como las lanzadas en Hiroshima, en muchos caso con «ataques aleatorios» y con «armas prohibidas internacionalmente» contra civiles.
Por su parte, Israel acusó a Hamás de «adoctrinar» y entrenar militarmente a niños palestinos en la Franja, a quienes utiliza para trasladar armas y recaudar información, incluso en tiempos de guerra.
El Ejército israelí afirmó tener constancia de niños usados para «el traslado de explosivos en bolsas de verduras» o enviados «a zonas de combate después de los ataques para evaluar los daños e informar de ellos a los terroristas que se esconden en los refugios».
Israel y Hamás llevan casi tres meses de guerra en Gaza desde que el grupo islamista lanzó un ataque sorpresa a Israel el pasado 7 de octubre con unos 1.200 muertos y al menos 240 personas que fueron llevadas como rehenes al enclave palestino.
Tensión en la frontera
Sin que se atisbe un final de la guerra en Gaza, la tensión en la frontera con Líbano aumenta aún más tras la muerte del líder de Hamás en un ataque en la capital libanesa.
El jefe del Estado Mayor del Ejército de Israel, Herzi Halevi, visitó la zona fronteriza el día después de la muerte en un bombardeo atribuido a Israel en Beirut del número dos de la oficina política de Hamás, Saleh al Arouri.
Las fuerzas israelíes se encuentran en la frontera norte de su país en un momento «muy fuerte de preparación», dijo a las tropas en la zona el teniente general Halevi, quien avanzó que Israel prevé cambiar su «rutina de defensa» para a lo largo del año desplegar más fuerzas en sus fronteras.
La visita se produce después de que el grupo chií libanés Hizbulá haya advertido de que «no pasará sin respuesta» la muerte de Al Arouri y de otras seis personas por el ataque de un dron atribuido a Israel el martes contra la oficina de Hamás en el sur de Beirut.
Israel atacó este miércoles posiciones de Hizbulá en Líbano en respuesta al lanzamiento de proyectiles desde territorio libanés, en otra jornada de hostilidades en la zona fronteriza.
La frontera israelí-libanesa vive su mayor tensión desde la guerra que libraron Hizbulá e Israel en 2006, a raíz de un recrudecimiento de las agresiones por parte de milicias propalestinas al día siguiente del estallido de la guerra entre Hamás e Israel en Gaza el 7 de octubre.
La muerte de Al Arouri desató una huelga y manifestaciones en Cisjordania ocupada, con tiendas, instituciones o empresas cerradas y movilizaciones en lugares como la ciudad de Ramala, capital de facto de la Autoridad Nacional Palestina, después de que las facciones palestinas llamaran ayer a un paro general.