Miami, 2 abr (EFE) – Los cruceros Zaandam y Rotterdam, con más de 2,500 personas a bordo entre los dos, llegaron este jueves a Port Everglades (Florida), donde empezó el desembarco de los pasajeros más enfermos, después de una travesía marcada por el cierre de los puertos por la enfermedad del COVID-19 (causada por el coronavirus SARS-CoV-2) y la muerte a bordo de cuatro personas.
Tras una jornada de suspenso después de días de negociaciones con las autoridades de Broward, el condado donde está el puerto, y la intervención incluso del presidente Donald Trump, los barcos de la naviera Holland America Line (HAL) finalmente pudieron atracar en Fort Lauderdale, ciudad a unos 40 kilómetros al norte de Miami.
En el desembarco se dio prioridad a una decena de pasajeros, los más enfermos, que serán atendidos en centros hospitalarios de Florida, mientras otros, con síntomas de gripe y algunos contagiados del nuevo coronavirus, se tendrán que quedar el barco atendidos por personal médico de la naviera.
Se prevé que el grueso de los pasajeros asintomáticos, cerca de 1,200, terminará de desembarcar mañana viernes, mientras que la tripulación de ambos barcos permanecerá a bordo, según detalló Orlando Ashford, presidente de HAL.
«Estos viajeros podrían haber sido cualquiera de nosotros o nuestras familias, atrapados inesperadamente en medio de este cierre sin precedentes de las fronteras mundiales que ocurrió en cuestión de días y sin previo aviso», subrayó Ashford.
El desembarco de estos cruceros con enfermos generó tensión en Florida, un estado en el que más de 8,500 personas se han contagiado del SARS-CoV-2, de las cuales al menos 144 personas han muerto.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, que este miércoles decretó el confinamiento obligatorio en todo el estado, llegó a decir que no permitiría que «arrojaran» a Florida a personas contagiadas, en contraste con su padrino político, el presidente Trump, que se mostró más compasivo.
Los mensajes contrastaban además con los de Ashford, que pedía «compasión» y que hoy agradeció al presidente estadounidense y a las autoridades de Broward, condado que junto con Miami-Dade, presentan la mayor cantidad de contagiados en Florida, el haber hecho posible el fin de un viaje que sus protagonistas no van a olvidar.
Tras ser sometidos a los protocolos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) del país, un millar de los pasajeros comenzarán a desembarcar hoy jueves y saldrán directamente a sus hogares, si son de la región, o a los aeropuertos, donde la mayoría de ellos viajarán en vuelos chárter.
Unas horas antes de que se diera luz verde al desembarco, dos pasajeros aislados en un camarote del Zandaam dijeron a Efe que sentían «miedo y esperanza» a la vez por la vista de la costa del sur de Florida.
«Es inmoral no dejarles llegar» a Florida reclamó entonces la congresista demócrata Donna Shalala.
«Estamos muy contentos de poder llevar a nuestros pasajeros a casa y ayudar a los pocos que necesitan servicios médicos adicionales», manifestó Ashford.
El directivo de HAL, que pertenece a Carnival, señaló que la tripulación de ambos barcos se quedará embarcada.
La pesadilla de los barcos comenzó primero para el Zaandam, que inició su ruta el pasado 7 de marzo en Buenos Aires (Argentina) y se le sumó el Rotterdam el pasado fin de semana en aguas panameñas para socorrerlo, proveerle de medicinas y acoger a las personas que no mostraban signos de enfermedad.
Desde Panamá, donde anunciaron la muerte de cuatro de sus pasajeros de edad avanzada, sin detallar si había sido por la enfermedad COVID-19, el Zaandam, donde quedaron los enfermos y también algunos sanos aislados, y el Rotterdam, con los asintomáticos, viajaron juntos para llegar finalmente hoy al sur de Estados Unidos.
El Zaandam, que tenñia previsto terminar su viaje de un mes en Port Everglades el 7 de abril, no fue autorizado a atracar en puerto alguno después de su última escala en Punta Arenas (Chile) el 14 de marzo, aunque sí pudo reabastecerse en aguas chilenas y panameñas.
Panamá lo puso en cuarentena, permitió que el Rotterdam lo socorriera y emitió un permiso excepcional a ambos cruceros para cruzar el canal de Panamá. Al menos 14 dieron positivo al COVID-19 en las pruebas a bordo.
Desde el 22 de marzo 250 personas presentaron síntomas similares a la gripe, precisó hoy la empresa.
De los 1,250 pasajeros que comenzaron el viaje en el Zaandam 311 son estadounidenses, 248 canadienses, 232 británicos, 141 australianos, 104 franceses, 75 alemanes, 26 suecos, 17 holandeses, 11 suizos, 11 argentinos y 5 mexicanos y el resto de diversas nacionalidades.
Ashford agradeció este jueves el sentido de «dignidad humana» de las autoridades estadounidenses por permitir el desembarco de los pasajeros, entre ellos 52 residentes de Florida, que han permanecido aislados en sus camarotes desde el pasado 22 de marzo.