Washington (EFE) – Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó este miércoles al Congreso, donde está citado para testificar por presuntas irregularidades, con la intención de rebatir lo que asegura son «mentiras» de los republicanos.
En una comparecencia ante la prensa antes de ser interrogado a puerta cerrada por un comité de la Cámara de Representantes, Biden reconoció que en su vida ha cometido «errores» de los que es «responsable», pero también denunció ser víctima de una campaña de la derecha en su contra que ha dañado su imagen y la de su familia.
«Estoy aquí para asegurarme de que la investigación ilegítima del comité sobre mi familia no proceda con distorsiones, pruebas manipuladas y mentiras», declaró el hijo del líder demócrata.
Hunter Biden dijo estar «orgulloso» de su trabajo como abogado y empresario, pero aseguró que «la implacable máquina de ataque» del expresidente republicano Donald Trump (2017-2021) lleva seis años intentando manchar su carrera.
«Han invadido mi privacidad, de mi esposa, hijos, familia y amigos. Han ridiculizado mi lucha contra la adicción. Menospreciaron mi recuperación y han tratado de deshumanizarme y a avergonzar y dañar a mi padre», denunció.
Hunter Biden está siendo investigado por la mayoría republicana de la Cámara de Representantes en el marco de las pesquisas abiertas contra su padre por supuestas irregularidades, como tráfico de influencias para beneficiar a familiares en negocios cuando fue vicepresidente de Barack Obama (2009-2017).
De hecho, los republicanos pretenden votar en las próximas horas la investigación de juicio político (‘impeachment’) sobre Biden, aunque la maniobra política no tiene posibilidad de prosperar dado que los demócratas tienen mayoría en el Senado.
La investigación del Congreso transcurre en paralelo a la causa judicial sobre Hunter Biden.
El pasado octubre, el hijo del presidente se declaró no culpable ante un tribunal en Delaware de los cargos que se le imputan por comprar una pistola en 2018 mintiendo al afirmar que no estaba consumiendo drogas, a pesar de que admitió posteriormente que estaba luchando contra su adicción al crack.
Los cargos contra el hijo del mandatario demócrata son el resultado de una investigación que se abrió en 2018 durante el Gobierno Trump y que el propio exmandatario, ahora aspirante a la nominación presidencial republicana, ha usado para atacar a Biden, con quien podría enfrentarse en las elecciones de 2024.