Dubái (EFE) – La Cumbre del Clima de Dubái, COP28, cerró hoy con un acuerdo calificado como «histórico» porque, por primera vez, se reconoce la necesidad de dejar atrás los combustibles fósiles para limitar el calentamiento global y que cada país haga la transición en función de su situación.
Aunque todos valoraron que supone un avance, también fueron muchas las voces que criticaron su falta de contundencia y claridad en relación al futuro de carbón, petróleo y gas, y sus lagunas en financiación y adaptación, sobre todo en lo que respecta a las necesidades de los países más vulnerables y, a la vez, con menos recursos.
Tras dos semanas de negociaciones y ya en tiempo de descuento (la cumbre acabó oficialmente el martes), el texto para el acuerdo definitivo sobre Balance Global, el más perseguido de esta cumbre, fue publicado sobre las siete de la mañana (hora local) y aprobado poco después de las 11:00 por el plenario al no presentar objeciones ningún país.
El Balance Global de la COP28 pone fin al primer proceso de revisión del Acuerdo de París para analizar lo logrado desde entonces y acordar los pasos a seguir para asegurar que se cumplen sus objetivos.
En él se subraya la necesidad de una transición ecológica que permita dejar atrás los combustibles fósiles y reducir las emisiones para garantizar que el calentamiento medio no supere los 1,5 grados a finales de siglo respecto a la era preindustrial, tal y como defiende la ciencia.
Para ello, abre un amplio abanico de opciones cuya adopción deja en manos de cada país y que van desde acelerar las renovables a usar carbón, petróleo y gas de cero o bajas emisiones, pasando por la nuclear y reconociendo el papel que deben jugar los «combustibles de la transición» para garantizar el suministro energético.
Reacciones políticas
«Es un logro histórico y sin precedentes», señaló en el plenario el presidente de la COP28, Sultán Al Yaber, quien antes y durante la cumbre de Emiratos Árabes (séptimo producto mundial de crudo) estuvo en el punto de mira por ser el director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (ADNOC).
Tras conocer el acuerdo, el secretario de la ONU, António Guterres también lo calificó de histórico porque, por primera vez, reconoce la necesidad de dejar atrás los combustibles fósiles, «después de muchos años en los que el debate sobre esta cuestión estuvo bloqueado».
«El mundo acaba de adoptar una decisión histórica (…) Hemos logrado lo que nos habíamos propuesto: mantener el objetivo de 1,5 grados a nuestro alcance y marcar el principio del fin de los combustibles fósiles», destacó el comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra.
«Han tenido que pasar más de 30 años», desde la cumbre de Río, para «poner el foco en un mundo más allá de los combustibles fósiles», dijo la ministra española para la Transición Energética y voz en la COP28 de la Presidencia del Consejo de la UE, que valoró también los avances para apoyar a los países más vulnerables.
El enviado especial del clima de Estados Unidos, John Kerry, alegó estar «maravillado» con el «espíritu de colaboración» entre países visto en la COP28, cumbre en la que, en medio de los conflictos que suceden en el mundo -Ucrania u Oriente Medio- «el multilateralismo se está imponiendo».
Durante el plenario, el interviniente por Arabia Saudí, que habló en nombre de los 22 países de la Liga Árabe, apreció que se recojan diferentes vías para mantener vivo el objetivo de 1,5 grados de conformidad con las características de cada país, así como la necesidad de hacerlo «usando todas las tecnologías a nuestro alcance», como los combustibles fósiles de cero o bajas emisiones.
El portavoz de la India resaltó que se lograron enviar al mundo «mensajes políticos» que refuerzan el compromiso de todas las partes para mantener el objetivo de temperatura del Acuerdo de París haciendo llegar «ayuda sobre el terreno», algo de vital importancia porque: «Solo tenemos una tierra y todos compartimos el mismo futuro».
El interviniente por China lamentó que pese a haberse alcanzado un acuerdo «histórico», no consiguieron desarrollar «del todo» las reclamaciones de los países más vulnerables y dijo que los más desarrollados deben liderar la transición y llegar cuanto antes a la reducción de sus emisiones prestando al mismo tiempo apoyo financiero y técnico al resto para una transición justa.
En nombre de los pequeños estados insulares en desarrollo, la negociadora principal de Samoa, Anne Rasmusse, criticó que el acuerdo no es suficientemente ambicioso como para asegurar su futuro.
El planeta, tocado pero no hundido
El planeta Tierra «sigue tocado pero no hundido», aseveró el responsable de Clima Global y Energía de WWF, Manuel Pulgar-Vidal, que estimó que el acuerdo pone el foco en la necesidad de que el mundo «transicione para alejarse de los combustibles fósiles» y criticó que «se queda corto» para la extinción del carbón, petroleo y gas.
La organización Red de Acción Climática señaló que la decisión «pone en el candelero a los verdaderos culpables de la crisis climática: los combustibles fósiles», aunque advirtió de que presenta «agujeros» por los que la industria petrolera se puede escapar al respaldar «tecnologías sin comprobar e inseguras» (captura y almacenamiento de CO₂).
«No es la decisión que el mundo necesita o merece», pero supone un avance porque llama a la transición para abandonar los combusibles fósiles, declaró la experta en Clima de Greenpeace, Kaisa Kosonen.
El responsable de Energía y Clima de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz, lamentó que está «muy lejos de ser una respuesta» a la emergencia y climática y, aunque valoró los avances que supone, advirtió de que no hay tiempo para transicionar hacia ningún lado: «Lo que necesitamos es hacer una transformación rápida, justa y equitativa de los combustibles fósiles».