Nueva York (EFE) – Una jueza estadounidense desestimó este martes una demanda de la plataforma de alojamientos turísticos Airbnb contra la ciudad de Nueva York por las restricciones que la gran urbe quiere imponer a los alquileres a corto plazo, lo que supone un revés para la empresa en uno de sus principales mercados.
Airbnb demandó a Nueva York en junio y consiguió aplazar al 5 de septiembre la entrada en vigor de una legislación que busca regular el negocio de los alquileres a corto plazo y atajar las actividades ilegales en plena crisis de vivienda, y que además obligaba a los anfitriones a registrarse ante las autoridades.
No obstante, la jueza Arlene Bluth, en un tribunal estatal de Manhattan, desestimó la pretensión de la empresa al considerar «racional» que la ciudad exija a los anfitriones registrarse y controlar la legalidad de los alojamientos que ofrece, algo que la empresa llegó a calificar como un «veto de facto» a su actividad, según medios locales.
El director de política global de Airbnb, Theo Yedinsky, criticó la decisión en una declaración a los medios y dijo que las inminentes restricciones perjudicarán al turismo y, por ende, a los residentes de «los barrios no céntricos que dependen de compartir sus casas» para llegar a fin de mes, y las empresas cercanas.
Nueva York iba a imponer las restricciones de alquiler a corto plazo a Airbnb en mayo, pero las retrasó a julio por problemas de personal, y después a septiembre debido a la demanda, indica el diario Daily News.
La ciudad impide que se alquilen apartamentos enteros menos de 30 días, pero sí permite alquileres inferiores a ese plazo si el anfitrión está presente en el alojamiento y no tiene más de dos visitantes, norma que aplica no solo a Airbnb, también a otras plataformas.
Con las nuevas medidas, la ciudad exige que los anfitriones se registren ante una oficina especial de la Alcaldía (OSE), algo que tanto la empresa como sus clientes han señalado supone un proceso lento e invasivo con la privacidad, y con muy poca probabilidad de aprobación.
Según la demanda de Airbnb, los alquileres a corto plazo solo en la ciudad de Nueva York supusieron una facturación neta de $85 millones en 2022. La empresa tuvo unos ingresos de $8,400 millones en el ejercicio.
Según los últimos resultados financieros de Airbnb, publicados hace una semana, en el segundo trimestre de 2023 la empresa tuvo un récord de alojamientos activos, 7 millones en todo el mundo, y logró un beneficio de $650 millones, un 72% más interanual.