Por Cynthia Burgos López
Directora de La Maraña, diseño y planificación participativa
El Tren Urbano se inauguró en el 2004, presentándose como una alternativa sostenible de transporte colectivo cuya ruta se extendería de Bayamón hacia Minillas beneficiando a miles de boricuas que a diario pasan largas horas en el tapón. Este innovador proyecto se complementaría integrando alternativas de transporte colectivo como las guaguas de la AMA, “pisicorres”, entre otros, haciendo de esta infraestructura de movilidad una importante para la calidad de vida de sus usuarios y el medioambiente en el área metropolitana del país. A pesar de su enorme potencial, del proyecto original solo se construyó un 55% y luego de cerca de mil cambios de orden, tres años en atrasos, costó cerca del doble adicional, aportando un 4% a la deuda pública del país.
Luego de 20 años, el Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) y la Autoridad de Transporte Integrado (ATI) se encuentran trabajando en la extensión del Tren Urbano evaluando alternativas para sus próximas fases. Para quienes usamos el Tren, esto es excelente noticia. Esta iniciativa se presenta como una oportunidad de implementar un sistema de transporte que vaya a centros de trabajo y vivienda. De esta manera, aseguramos una disminución de la congestión vehicular actual y una reducción de las emisiones de carbono asociadas al transporte individual, siendo este el segundo emisor de gases de efecto de invernadero en la isla.
Con este proyecto, ambas agencias tienen nuevamente el poder de poner en función la ley creadora de la ATI, Ley 12 de 3 de Agosto de 2014, según enmendada que lee así: “El sistema de transporte del Estado Libre Asociado de Puerto Rico tiene que dirigirse a servir un rol principal de apoyo a la creación de comunidades más habitables para mejorar la calidad de vida de los puertorriqueños.”
¿Y a qué se refiere la ley con comunidades habitables? En el ámbito del urbanismo, se reconoce una comunidad habitable como aquellas que están diseñadas y planificadas de manera que satisfacen las necesidades físicas, sociales y emocionales de sus habitantes. El transporte colectivo en una comunidad habitable es de fácil acceso, disminuye la congestión vehicular, disminuye los costos asociados a transporte, contribuye a la sostenibilidad ambiental, utiliza eficientemente el espacio urbano a través del uso mixto y la densificación, en general promueve una planificación urbana centrada en quienes vivimos la ciudad.
Según Josué Menéndez, director de ATI, la administración de Pedro Pierluisi está retomando el tema y “la planificación es clave”. No hay nada más cierto que esto. Actualmente, ATI está invirtiendo millones de dólares haciendo estudios de viabilidad para la extensión del tren. No obstante, en esos estudios no se está tomando en consideración el restante 45% del proyecto propuesto en el 2004, que nunca se terminó, y las nuevas conversaciones se están enfocando, en cambio, en el área del Centro de Convenciones o cómo le llaman ahora, el “noroeste de San Juan”. Esta decisión de llevar el tren al Centro de Convenciones perpetuaría el problema actual de la falta de usuarios, pues el poco uso del tren, responsable de su parcial fracaso, es que el tren no llega a los lugares de vivienda y empleo, el enfoque actual comete el mismo error.
Aprovechemos esta oportunidad para hacer las cosas diferentes. En la Auditoría Federal del Proyecto del Tren Urbano del 2004, este se describía como la solución a los niveles de tráfico de vehículos en constante aumento y un nuevo modo de transporte a las secciones más congestionadas del área metropolitana de San Juan, cosa que no ha pasado. Ese debe ser el enfoque de desarrollo de cualquier sistema de transporte. ATI y DTOP tienen en sus manos una oportunidad única de reivindicación en donde las decisiones esta vez se tomen considerando las necesidades de la ciudadanía y empleando datos científicos. Debemos garantizar una representación adecuada de los intereses de la comunidad general. Esta sería la manera de asegurar que las personas utilicen el tren y no volvamos a caer en los mismos errores, que la extensión, que nos va a costar, no vuelva a convertirse en el tren que no llega a ningún sitio. El 22 de agosto hay reunión pública virtual, para más información y registro visita https://www.tuextension.pr.gov/es
**Datos: “Podcast: ¿En qué quedó? (2020), Auditoría Federal del TU (2004), Registro de Contratos de la Oficina del Contralor (2024), Puerto Rico Greenhouse Gases Baseline Report (2014).