Por Sandra D. Rodríguez Cotto
En Blanco y Negro
La escena era en una convención de mujeres, en donde todos los secretos se cuentan. Por más sórdidos, graciosos o inverosímiles que fueran los relatos de encuentros sexuales, amores y desamores, había que contarlos. Pero al final, habrá quien piense que es mejor andar sola, que mal acompañada.
Esa es la base de la deliciosa puesta en escena de esta nueva pieza teatral que lleva ese mismo título de “Mejor sola que mal acompañada”, y que encarnan las primas y actrices Marian Pabón y Lilly García. Conociéndolas hace tantas décadas como las conozco a ambas, puedo dar fe de que más que primas, Lilly y Marian son como hermanas. Su cercanía es tal, que se conocen sus respectivos ritmos, sus silencios, sus movimientos, y cuando viene una bomba en el libreto, de esas que le arrancan una carcajada sonora y al unísono del público, es que se ve la sincronía entre ambas actrices-primas.
Ver a Marian Pabón y a Lilly García en escena es hipnotizante. Una no se puede despegar porque van hilvanando cada ángulo y cada chiste o cada pensamiento como si fuera un gran tejido que va amarrando al espectador. Mantienen a todos pendientes, riendo, aplaudiendo, y hasta hablándoles porque el público se convierte en parte de la escena. La actuación tanto de Marian como de Lilly fue espectacular.
El cuadro se mantiene con una misma escenografía que presenta un espacio y tiempo definido, en una convención de mujeres, pero es el texto lo que nos amarra desde que empieza. La originalidad del texto demuestra que es sumamente complejo, pero bien inteligente.
Esta increíble pieza teatral fue escrita por Marian, y retrata lo que sentimos y vivimos muchas mujeres con los hombres, el sexo y las relaciones, de la manera más jocosa imaginable desde el primer saludo. Logra sacarle humor al desamor más triste y al amor que enloquece a las mujeres con una trama profunda, pero graciosa y real.
El público vea en tarima desde la mujer que vive en total negación tras una ruptura amorosa, hasta aquella que hace todo lo que necesite hacer para retener a su pareja, todas interpretada por Marian. Según la actriz, la audiencia podrá identificar “a una amiga, prima, hermana, o quién sabe a ti misma”.
Cabe destacar que Marian da una cátedra de actuación encarnando a cuatro personajes distintos, lo que nuevamente evidencia que ella es de las mejores actrices de este país. Lilly, por su parte, es ella misma, aunque un poco más exagerada. Encarna a la coach Lilly, como es ella, sólo que se abre y le dice al público de frente, lo que una como amiga sabe que ella dice a nivel privado. Admite que no se las sabe todas, y que también necesitará ayuda de las mujeres que asisten al congreso. Genial.
A lo largo de la obra, las expresiones del público no se contenían. Risas a carcajadas, aplausos sin parar y comentarios. También me pareció super interesante cómo Marian pudo inmortalizar lo que pensamos las mujeres y cómo ella misma, presenta y se vive lo que vivimos las mujeres.
La dirección fue impecable, a cargo de Julio Ramos y la producción estuvo a cargo de
Omar Torres. Esta pieza lleva varias semanas de gira por distintos teatros del país a lo largo del mes de junio. La vi anoche el teatro Braulio Castillo de Bayamón, y mañana sábado 24 de junio, se presentará en el Centro de Bellas Artes de San Sebastián, a las 8:30 de la noche. Con la presentación en San Sebastián cierran esta temporada, y estoy seguro de que los que asistieron, quisieran volver a verla.
Lo único malo que puedo decir de esta obra es que lamento no haberla ido a ver antes. Es más, quisiera verla de nuevo y llevar a mi amigo Bill, a mi amiga Margarita, y también a mi mamá. Estoy segura de que los tres se la gozarían. Ojalá continúen presentándola.