Davos (Suiza), 24 ene (EFE) – Salvador Gómez Colón tiene 17 años, es de Puerto Rico y ha sido uno de los diez adolescentes a los que el Foro de Davos invitó a hablar ante los poderosos del planeta tras enterarse de que con 15 años había recaudado fondos para lámparas solares que sacaron de la oscuridad a miles de familias afectadas por el huracán «María».
Su historia, confinada a su isla y a algunos medios de comunicación de Estados Unidos, sedujo a los organizadores y encajaba perfectamente en el plan que tenía de invitar a un grupo de adolescentes activistas y de distintos países, siguiendo la corriente generada por Greta Thunberg.
«Tengo un perfil en Linkedin que uso poco, pero un día me llegó un mensaje de alguien en nombre del Foro, un poco misterioso y que decía que recibiría un mensaje importante en poco tiempo. Unas horas después me llegó la invitación y no podía creerlo», cuenta Salvador a Efe.
El joven sabía lo que representaba esa invitación porque conocía por la prensa la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos. Desde pequeño se interesa por las noticias y sigue con interés la actualidad de su país y del mundo.
Cuando el devastador huracán «María» pasó por Puerto Rico también Salvador y su familia resultaron afectados: la primer planta de su casa se inundó, los muebles y artefactos quedaron inservibles, y todos durmieron dos meses en colchones tirados en el suelo y sin electricidad.
Sensibilizado desde pequeño con obras caritativas a las que acompañaba a su madre, Salvador empezó a angustiarse pensando como lo estarían pasando en Loíza, un municipio muy desfavorecido de San Juan con un importante porcentaje de población afrocaribeña.
«Pensé en cómo se sentirían aquellos que perdieron sus viviendas, familiares y me pregunté que es lo que más les hacía falta y llegué a la conclusión de que necesitaban tener luz», explica este joven que desborda carisma, sencillez y tiene gran facilidad de palabra.
Salvador -quien a los 11 años se había convertido en el «analista político» más joven de la televisión local cuando lo invitaron a un programa para hablar sobre la situación política de entonces- reunió a través de un sitio web de recaudación de fondos para causas humanitarias dinero con el que pudo compra 5,000 lámparas solares.
Como al final tenía más dinero del pensado su ayuda se extendió a 17 municipios e incluyó también la distribución de lavadoras manuales para que la gente pudiera estar y sentirse limpia.
«Las lámparas y las lavadoras se quedaron cerca de dos meses en las aduanas, era frustrante, hasta que lo conseguimos y el 7 de diciembre 2017 (el huracán paso en septiembre) llegué a Loíza para el primer reparto», recuerda.
«Lo que vi fue devastación total, todavía no había luz, había escombros y basura por todas partes, parecía una cosa apocalíptica».
Sin embargo, lo que más lo impacto era que esto ocurría a diez minutos de su casa y que la mayoría de sus amigos no tenían ni idea de que eso estaba pasando.
«Yo hubiese pensado que eso sucedía en países en guerra o con niveles de pobreza mucho más altos ¡Pero ocurría en Puerto Rico, una colonia de Estados Unidos!», reflexiona.
Otro huracán, el «Dorian» que impacto el pasado septiembre las Bahamas, lanzó a Salvador a organizar una nueva colecta de fondos, que esta vez le permitió enviar 500 lámparas solares a los damnificados
La apuesta de Salvador ahora es trabajar en la lucha contra el cambio climático y el desarrollo sostenible en Puerto Rico, y generar conciencia de la vulnerabilidad de la isla frente a los desastres naturales agudizados por el calentamiento global.
«Con el cambio climático, las temperaturas que suben y el nivel del mar que sube también, tenemos que reaccionar y actuar, de lo contrario será muy tarde», sostiene.
Es allí donde Salvador quieren incitar a los jóvenes «para que tomen un rol más activo en sus comunidades si quieren que las cosas cambien».
En Davos el adolescente puertorriqueño ha encontrado «una plataforma para compartir mi visión y mi trabajo con el mundo» y elogia el espacio que el Foro Económico Mundial decidió dar este año a la «sostenibilidad y resistencia al cambio climático, así como su disposición de escuchar la opinión de los jóvenes».
Esta semana, Salvador conoció y compartió un panel con la activista climática Greta Thunberg, a quien admira por «haberse puesto al frente para promover la agenda contra el cambio climático».
«No hay que subestimar a los jóvenes, ya el solo hecho de estar aquí y dar nuestra opinión desafía toda expectativa. Greta cree firmemente en esta causa y se ha puesto al frente, es una gran carga, pero ella ejerce presión sobre los líderes políticos y de negocios para que tomen acciones», valora.
Salvador terminará la escuela en 2021 y aparte de seguir con su activismo tiene planeado estudiar relaciones internacionales y entrar en la política puertorriqueña, una carrera en la que cualquiera le podría augurar éxito.