Por Casa Pueblo
San Juan – En un acto que desafía las leyes de la gravedad, Alberto De Jesús -‘Tito Kayak’- junto a Gazir Sued y miembros del Movimiento Indígena de Borikén Guey Colondres colocaron hoy la bandera de la Insurrección Energética sobre la torre de agua del antiguo presidio Oso Blanco a la entrada de San Juan. Con esta intervención, los activistas se unen a la exigencia de una transformación del modelo energético de Puerto Rico por uno de autosuficiencia, basado en fuentes propias y endógenas como el sol.
Esta acción ocurrió en momentos en que se discute a puerta cerrada la privatización de la generación eléctrica con combustibles fósiles y potenciales cargos abusivos para el repago de la deuda de la AEE a los bonistas.
“Tenemos que movernos, el sol es nuestro recurso energético más importante, tenemos que cambiar”, afirmó Alberto De Jesús. “Que nuestro esfuerzo hoy sirva como combustible solidario para Casa Pueblo y sus luchas, que también son nuestras. Quiero vivir el cambio y ser parte de la transformación que nos merecemos”, concluyó el intrépido ambientalista.
La bandera, símbolo comunitario de la insurrección energética, se diseñó en Casa Pueblo gracias a las contribuciones de Javier A. Hernández y la artista adjunteña, Verónica Aponte. Rebecca Rodríguez bordó la bandera. El triángulo azul-violeta representa el agua y el cielo, fuentes de vida y energía renovable para un desarrollo sustentable. Mientras, el verde, simboliza los bosques y la tierra, punto de origen de los alimentos y hogar de la biodiversidad. El sol, entretanto, significa la soberanía energética. La nueva insignia se izó por primera vez el 20 de septiembre frente a Casa Pueblo en el quinto aniversario del paso del huracán María por nuestra isla-archipiélago.
Democracia y energía, el próximo libro de Arturo Massol Deyá, director asociado de la organización, se presentará el sábado 17 de diciembre en el Cine Solar de Casa Pueblo en Adjuntas a partir de las 10:30 am. El libro narra la insurrección energética que impulsa la autogestión comunitaria y una ruta alterna para la descolonización de Puerto Rico. Según Arcadio Díaz Quiñones, “Massol Deyá da testimonio personal de lo que las convicciones éticas, las múltiples alianzas y la creatividad transformadora de Casa Pueblo significan en la historia, en el presente y en el futuro puertorriqueños. Ofrece más: su relato remite al impacto que una pedagogía descolonizadora puede tener en la creación de nuevos modos de vida y de resistencia”.