Doha (EFE) – Un gol de Casemiro a menos de diez minutos para el final rompió el empate a cero entre Brasil y Suiza y manda a los de Tite a los octavos de final del Mundial por la vía rápida.
La selección brasileña es la segunda clasificada a octavos, después de Francia, gracias al tanto del centrocampista del Manchester United, que quebró un empate en un duelo especialmente trabajado por parte del equipo suizo.
Según lo visto en las dos primeras jornadas, el equipo de Tite sufre en los partidos, toca el balón pero le cuesta descolocar defensas tan bien trabajadas como la Serbia o Suiza.
Suiza presionó a un Brasil sin Neymar -lesionado- donde el barcelonista Raphina asumió el papel protagonista. De sus botas nació la poca magia de la que disfrutó el primer tiempo. Un centro precioso para que Vinícius, con la espinilla, fallase un gol clamoroso, un desborde desde la banda que terminó en disparo a las manos de Sommer y varios pases verticales erráticos.
Brasil, favorita para pasar primera
Brasil no era capaz de conectar con su gente de arriba y la única opción era confiar todo a la arrancada de Vinícius o a una jugada aislada. Una vez más, como ante Serbia, Brasil confió en que alguien agitara la lámpara mágica, y esta vez no fue Richarlison, sino Casemiro, que en el minuto 83 con un derechazo puso el 1-0 en el marcador.
Minutos antes Vinícius había conseguido batir al guardameta suizo, Sommer, pero su tanto fue anulado por la intervención del VAR.
Brasil asegura su segunda victoria y su pase a octavos de final. Solo una derrota ante Corea del Sur le impedirá pasar primera de grupo.