San Juan – TurboLab, el primer centro de excelencia en aeroespacial de Pratt & Whitney en Puerto Rico y el Caribe, fue inaugurado ayer por la compañía, experta en diseño y fabricación de motores de avión en colaboración con el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico.
El laboratorio, concebido para adiestrar al estudiantado y facultad en ingeniería aeroespacial (turbinas de gas, controles y ‘embedded systems’, y diseño asistido por computadoras),
está ubicado en el edificio Antonio Lucchetti dentro del Departamento de Ingeniería Mecánica del RUM.
Josy Acosta, presidenta y gerente general de Pratt & Whitney Puerto Rico y también egresada del RUM resaltó la importancia del proyecto.
“Esta iniciativa es importantísima para poder trazar un camino real para que jóvenes puedan dedicarse a lo que les apasiona. TurboLab abre la puerta al estudiantado para que puedan experimentar de primera mano la innovación en la industria aeroespacial. Combinado con las secuencias curriculares, las colaboraciones profesionales, los internados, los co-op y las oportunidades para estudiantes que estén curiosos e interesados en el área espacial, TurboLab se convierte en una incubadora práctica y efectiva de talento local de alto calibre”, dij Acosta en comunicado de prensa.
La UPR históricamente ha tenido colaboraciones con Pratt & Whitney. En la búsqueda de fortalecer y amplificar colaboraciones, la doctora Sheilla Torres Nieves, catedrática asociada en el Departamento de Ingeniería Mecánica en el RUM y directora del Centro de Ingeniería Aeroespacial y Sistemas No Tripulados (CAUSE), junto a Emmanuel Arzuaga, José Colom y otros profesores le presentaron la propuesta a Pratt & Whitney en el 2018-2019.
Luego de más de una veintena de visitas de expertos de Pratt & Whitney y reuniones para entender las necesidades actuales de la industria y las del futuro, pudieron diseñar una solución tanto en términos de planta física, lo que hoy día es el laboratorio, como en currículo con las secuencias curriculares enfocadas en ingeniería aeroespacial.
“Cuando los graduados comenzaban en la fuerza laboral tenían mucho conocimiento de la ingeniería específica en la que se especializaron, sin embargo, no poseían el bagaje en otras áreas. Por ejemplo, sabían mucho de mecánica, pero no de ingeniería de software, o mucho de eléctrica, pero no de mecánica. Entonces la solución era diseñar algo que pudiese producir estudiantes altamente entrenados y crear un pipeline para la industria aeroespacial. Un espacio para el cross training en donde los estudiantes puedan exponerse a otras áreas de especialidad y lograr competencia multidisciplinaria”, explicó la doctora Torres.
Hemos creado concentraciones menores o secuencias curriculares de 15-18 créditos, donde los estudiantes pueden tener un enfoque en disciplinas conducentes a una especialidad aeroespacial. El TurboLab puede utilizarse tanto para el ofrecimiento de estos cursos como laboratorio de investigación, ya que como mejor aprenden los estudiantes es con experiencias ‘hands on’, resolviendo problemas y desarrollando planes concretos”, agregó la catedrática.
Antes de inaugurar oficialmente el espacio y ofrecer recorridos a través del TurboLab, los asistentes tuvieron la oportunidad de ser testigos de cómo se encendía una turbina aeroespacial, un motor turbojet a escala.