“Yo ganando premios y tú preso en Humacao”, leía un sugestivo “post” en las redes sociales de Residente, en la que el artista aparecía sonriendo, con uno de sus 31 premios Grammy y Latin Grammys en sus manos. El post venía después del arresto de otro rapero, Coscullela, acusado por 15 cargos de violencia doméstica y violaciones a la ley de armas.
Momentos antes, una Land Rover negra del 2020 y un Lexus NX 200T F-Sport blanco de Jennifer Fungenzi Jaques, la expareja de Cosculluela, aparecieron quemados. Estaban frente a su lujosa casa en el complejo de Palmas del Mar en Humacao, apuntando a uno de los horrores típicos que a veces pasan en los peores casos de violencia de género, cuando tratan de intimidar a las víctimas.
El escenario dantesco parecía propicio para otra de las legendarias tiraeras entre los dos raperos y sus seguidores, y aunque había mucho de verdad, en esto también había mucho de mentira. Resulta que Residente nunca puso tal comentario, y la cuenta de las redes sociales en las que aparecieron, era falsa.
La cuenta real de Residente en Facebook tiene 2.5 millones de seguidores y en la que aparecía esa foto atacando a Cosculluela, era falsa, con unos 70,000 seguidores. Esto lo aclaró el amigo Ernesto Albizu en un Twitter porque es obvio que fue manipulado para generar fricción.
Parecía uno de los habituales operativos cibernéticos de los manipuladores del gobierno y del Partido Nuevo Progresista en las redes sociales, que todo el mundo los conoció después del Verano del 2019, y que revivieron esta semana cuando se descubrió el caso de “Tumba el tumbe”. Esa página fue creada por Luma Energy y su firma de propaganda para difamar, hostigar cibernéticamente e incitar a la violencia contra el presidente de la Utier, Ángel Figueroa Jaramillo, y contra miembros de ese sindicato. Esta semana tanto Figueroa Jaramillo como el sindicato radicaron una demanda por difamación, libelo y hostigamiento cibernético a Luma, Quantas, a Denise Malone y al relacionista del gobierno Ramón Alejandro Pabón por crear dicha cuenta que fomenta el odio.
Es que en Puerto Rico se ha creado un clima de odio para fomentar mas divisiones. Las redes sociales muchas veces se tornan en esos circos romanos y nadie puede expresar un pensamiento sin que un detractor se ofenda y lo ataque. En vez de hablar, insultan, agreden y ofenden, lo que quizás, en persona, no se atreverían a hacer a menos que anden en turbas. Solos no. Esto lo saben bien los estrategas de propaganda y los que se dedican a manipular. Juegan con esos odios porque mientras tienen a la gente peleando, hay menos fiscalización. Divide y conquista, es la máxima.
El viernes cientos de personas protestaban contra Luma, por el servicio deficiente y caro, y por las políticas de austeridad impuestas por Pierluisi y la Junta de Control Fiscal.
El costo de vida en Puerto Rico es tan alto que cada día hace más real aquella frase del publicista Edwin Miranda de que querían “Un Puerto Rico sin puertorriqueños”. Sin embargo, la discusión publica se centraba en que fueron “pocos” a la protesta con tal de que no se dijera lo obvio: que la gente está agobiada.
Ya entrada la tarde del viernes arrestaron a Cosculluela y se empezó a recordar la tiraera con René Aunque sus polémicas y enemistad datan de hace años, la pelea se reactivó cuando Cosculluela acusó de inmorales a la cantante y compositora puertorriqueña, Villana Antillana, y a la rapera dominicana Tokischa, por haberse besado en un escenario. Residente defendió a sus dos amigas y acusó a Cosculluela de homófobo e hipócrita, ya que se dedica a cantar canciones de armas y sexo constantemente.
Fue entonces cuando Cosculluela lanzó un rap atacando a René Pérez que tituló “René Renuncia”. Muchos seguidores del PNP lo celebraron porque atacaba a uno de los más vocales críticos del gobierno en el 2019.
Pero Residente no se quedó quieto y respondió aplastando a Cosculluela con “Cosquillita”. En síntesis, esto es otro ejemplo del odio que se fomenta entre los mismos puertorriqueños para que sigamos en la pelea, en vez de unirnos contra los enemigos comunes, que son los poderes políticos y coloniales.
Ayer cuando salió la noticia, yo pensaba inicialmente en el aspecto artístico y en los que ensalzaban a Cosculluela simplemente porque insultó a Residente. Para mí no hay comparación entre ambos artistas porque Residente (con sus luces y sus sombras) es un verdadero artista que no sólo compone letras originales (suyas), sino que las presenta en piezas visuales con vídeos que son extraordinarios. Estudió cine y cuando compone, sus referencias en las líricas son maravillosas, profundas, de alguien educado.
A muchos les ofende que René asuma posturas políticas o que en el pasado se haya reunido con líderes tan diversos como Nicolás Maduro en Venezuela o Ricky Rosselló en Puerto Rico. Les ofende que después haya criticado al mismo Rosselló o cuando lo hizo con Fortuño, cuando botó a 30,000 empleados bajo la Ley 7.
Coscullela viene de una clase social acomodada. No escribe sus líricas, sino que se las escriben otros, como bien dijo René en “Cosquillita”. Tampoco es un artista de trascendencia masiva a nivel internacional y no ha ganado, que yo sepa, premios. Ni siquiera un Grammy. Esas son realidades que nadie puede ocultar. Es obvio que esas verdades les duelen a los que quieren usarlo para atacar a René por sus posturas.
La realidad es volver a lo mismo: mantener al pueblo dividido para que no pensemos. Por eso propongo que pensemos en lo más obvio que es erradicar la violencia.
A Cosculluela le radicaron 15 cargos por violencia doméstica y violaciones a la ley de armas y una fianza de $240,000. «Los delitos están relacionados con actos de violencia física, verbal y sicológica que ocurrieron entre el año 2017 hasta el pasado mes de agosto de 2022″…dice el informe policial. Me pregunto ¿cuánto habrá sufrido la víctima? ¿Cuántas veces la agredió en presencia de niños? Luego pienso que aparecieron dos carros quemados. Esto es de horror.
Recordé casos como el de Andrea Costas o el de Keishla Rodríguez, y tantas otras víctimas. La violencia es real. Aniquila mujeres, destruye familias, marca de por vida a los niños y muchos hombres que son agresores, también se autodestruyen. Acaban presos o siguen destruyendo a otros a su paso si no reciben ayuda psicológica para romper esa violencia.
Mientras se concentre la discusión en la tiraera, nada se resuelve. Y es bien probable que así estaremos hasta la vista preliminar el 31 de octubre.