Pierlusi se ha buscado un lío innecesario. Si hubiera cumplido su juramento a la gobernación en vez de estar defendiendo a LUMA Energy, maquillando la verdad, y mirando para el lado con cada traspiés, engaño y cada acto de ineptitud de esa compañía, quizás, la gente le creería lo que dice. El problema es que no pega una y con lo que ha pasado desde antes de que llegara el huracán Fiona, la embarró peor.
Todo lo dijo en conferencias de prensa de cara ante el país y el mundo, así que el gobernador Pedro Pierluisi no lo puede negar. Primero dijo que el huracán no iba a ser fuerte. Después dijo que el gobierno estaba bien y preparado. Que estaban listos. Después aseguró que la electricidad iba a estar bien, pero cuando los vientos todavía ni se asomaban por la zona, y ya LUMA había comenzado los apagones, calló. Lo demás es historia. Fiona fue un desastre peor que María en muchas zonas de Puerto Rico, y si uno se fija, Pierlusi estuvo dando cara, hasta que ya tuvieron que esconderlo.
Lo escondieron para evitar tener que contestarle a la prensa varias cosas. Una fue cuando, en un acto de arrogancia y menosprecio a la gente en necesidad, rechazó ayuda humanitaria y eso ofendió a muchos boricuas en la diáspora que son los que siempre sacan primero la cara por el pueblo. Al día siguiente tuvo que pedir excusas y decir que se expresó mal.
No conforme con eso, aseguró que la luz vendría a los tres días del huracán. Después dijo que llegaría al mediodía del jueves para casi toda la zona norte, donde no hubo tanto daño. Como LUMA no cumplió nada de eso, lo escondieron de las ruedas de prensa el mismo jueves y el viernes.
Ese culipandeo puso en jaque hasta los suyos que se fueron en brote y ya el viernes parecía un motín de penepés. Esta semana entrevisté en mi programa de radio a varios alcaldes de los dos partidos principales, y todos –[no hubo ni una excepción]- despotricaron contra LUMA y criticaron la gestión de Pierlusi. Pero los críticos más fuertes fueron los alcaldes penepés de San Sebastián, Bayamón, Isabela, Utuado, Cayey y hasta el de Guaynabo, que sabe muy bien como operar un sistema eléctrico porque antes de ser electo trabajaba en la Autoridad de Energía Eléctrica.
“No sirven. Tienen 24 personas para ocho municipios y no dan explicaciones. Todo es un secreteo en LUMA y no responden a los alcaldes federados”, dijo Edward O’Neill. “Es una falta de respeto al país lo que hace LUMA”, agregó, molesto. Mientras que el de Bayamón, Ramón Luis Rivera, activó a sus propias brigadas porque era insostenible que en comunidades que no estaban afectadas, no hubiese servicio.
La situación está tan crítica que el viernes hasta un apagón interrumpió la sesión de la Cámara de Representantes donde discutían medidas de emergencia tras Fiona. A esto se une que hay más de $100 millones en pérdidas en el sector de la agricultura. Las telecomunicaciones empezaron a flaquear el viernes y los presidentes de las empresas dieron que, si no hay diésel, tendrán problemas como los pueblos en la montaña, donde el servicio se afectó.
Pero por encima de todo esto, está el drama humano. Las miles de personas que lo perdieron todo. Que no se recuperan de María hace cinco años, y el gobierno con su lentitud no los ayudó. Los olvidó y entonces llego Fiona, sin respuestas contundentes que dar.
Y entonces rápido vino el operativo de propaganda y sacaron la caballería a las ruedas de prensa: Omar Marrero y el general Reyes, dos que han tenido culpa de los múltiples desastres que hemos tenido en los últimos cuatro años. Marrero tiene mucho que explicar ante la falta de transparencia con el uso de los fondos de la reconstrucción CBGR, y de cómo le da instrucciones a Manuel Laboy. El pueblo mira y aquilata, y se pregunta si la alianza público-privada que acaban de firmar en los Puertos es tan mala como LUMA. Doble desastre.
El general Reyes que había estado escondido bajo el radar por los líos del dinero y operación de la Guardia Nacional en la vacunación Covid-19, por haber sido cogido enterrando gomas de manera ilegal, y por el manejo cuestionado de los suministros después de los terremotos. Se esconde y solo da entrevistas a los medios que lo tratan suavecito, para no tener que rendir cuentas tampoco de su relación con la exgobernadora Wanda Vázquez. Pero lo pusieron a dar cara y a controlar despacho de gasolina.
Y mientras todo eso sucedía, salió el jefe de la fiscalía federal en Puerto Rico, Stephen Muldrow, a advertir que están velando a los pillos, que no roben y que alguien ve algo “raro” que llame a la línea del Centro nacional para fondos de desastre 1-866-720-5721. O sea, los están velando.
Así que la pregunta en este panorama es, ¿quién asesora al gobernador? ¿Ya no es la hermana y el cuñado por los líos de Salvemos a Puerto Rico o es que están en segundo plano? ¿Tendrán la sensibilidad y honestidad sus asesores o es el mismo grupo de los brothers del chat de Rosselló que operan detrás de la cortina? Se sabe que par de los patanes aquellos que se burlaron hasta de los muertos de María andan por ahí de asesores, y cuando uno ve la gestión del incumbente, la pregunta es inevitable.
Mientras eso trascendía, el viernes, para tratar de limpiar un poco el ambiente, el gobernador fue al oeste y visitó comunidades y hasta se puso a servir comida a los que lo perdieron todo, como hacen siempre los políticos. Pero los comentarios de la gente eran negativos. Haberlo perdido todo, o estar si luz, sin agua, sin internet y sin paciencia, no da espacio para shows faranduleros ni de imagen. Requiere liderazgo real para salir de la crisis. La gente no olvida.
“Yo, Pedro Pierlusi, mayor de edad, soltero y vecino de San Juan, Puerto Rico, como gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, juro solemnemente que mantendré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos y la Constitución y las Leyes del Estado Libre Asociado de Puerto Rico contra todo enemigo interior o exterior; que prestaré fidelidad y adhesión a las mismas; y que asumo esta obligación libremente, y sin reserva mental ni propósito de evadirla; y que desempeñaré bien y fielmente los deberes del cargo o empleo que estoy próximo a ejercer. Así me ayude Dios”.
Ese fue el fue el juramento que hizo Pierluisi en su toma de posesión del 2 de enero de 2021 , después del concluir el cuatrienio más caótico en la historia moderna de Puerto Rico donde tuvimos tres gobernantes incluyéndolo a el mismo, quien había jurado escondido en el apartamento de su hermana. El Tribunal Supremo decreto que era inconstitucional. Pero el 2 de enero de 2021 juramentó en buena lid. Había ganado las elecciones con el 32% de los votos.
O sea, el 68% del país lo tenía en contra. Eso significaba que él tenía que trabajar para asegurar su base e ir ganándose a ese otro 68% del pueblo. Tenía que que defender a su pueblo, no a LUMA. La pregunta que uno se hace hoy, sin luz, sin agua y con el caos que ha provocado y mantenido su gobierno tras el paso de Fiona es, ¿lo ha logrado o seguirá defendiendo por acción y por omisión a LUMA?