San Juan, 1 de agosto – Un día como hoy, hace exactamente un año, Puerto Rico se paralizó para celebrar el oro olímpico conseguido por la vallista Jasmine Camacho Quinn en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. La isla se rindió a los pies de la nueva medallista dorada.
“La medalla de Jasmine Camacho Quinn la recordamos como el resultado de la perseverancia. Es la sanación de una gran frustración, por no haber tenido un debut deseado en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Es el significado del trabajo que se hace desde adentro, usando el amor propio para levantarse de una caída, volver a confiar en ella y representarnos con una inmensa dignidad y humildad”, destacó la presidenta del Comité Olímpico de Puerto Rico (COPUR), Sara Rosario.
La atleta, de madre puertorriqueña y padre afroamericano, fue la artífice del primer oro olímpico para el atletismo boricua. Lo logró en el evento de los 100 metros con vallas. Dio la segunda medalla dorada de la historia para Puerto Rico en las justas veraniegas desde el ingreso del COPUR, en 1948, al movimiento olímpico internacional. Además, se convirtió en la segunda mujer en conquistar una medalla y de oro, siguiendo a la tenista Mónica Puig, ganadora en Río 2016.
“Viví ambos momentos. Verla levantarse como toda una diosa olímpica en libertad espiritual, física y deportiva fue trascendental en Tokio 2020. Los abrazos en cada uno de esos momentos fueron distintos. Uno fue para celebrar su gloria y el otro para consolarla. Dos momentos que marcan la vida de todos los que estuvimos en un estadio olímpico, con cinco años de diferencia entre cada competencia y de un pueblo entero”, reflexionó la presidenta.
“Tenemos la esperanza en ella. Ha sido un año de gran crecimiento. Verla en su forma ascendente en su desarrollo, rompiendo marcas, ganando eventos y lo que ha conseguido en auspicio y de imagen. Eso es parte de lo que una desea ver en el desarrollo de un atleta una vez ganan una medalla de oro como la de ella. Esperamos que continúe en su ruta ascendente para que se convierta en la primera doble medallista olímpica para Puerto Rico”, añadió Rosario sobre el presente y futuro de la olímpica.
Camacho Quinn llegó a Tokio determinada. El 30 de julio de 2021 corrió en las preliminares parando el reloj en 12.41 segundos de la serie cinco de seis. Dos días después, lució inmensa en la semifinal, batiendo el récord olímpico con registro de 12.26 segundos en la serie 3, que para ese entonces le pertenecía a la austriaca Sally Pearson con 12.35 segundos desde el 2016. Ese mismo tiempo le sirvió para ser la dueña absoluta de la marca de Puerto Rico.
Estos recuerdos todavía prevalecen en la mente y el corazón del presidente de la Federación de Atletismo de Puerto Rico, Luis Dieppa.
“Jasmine se convirtió en un ejemplo para seguir. Es una persona que se comprometió con su deporte. Se comprometió con el Comité Olímpico. En el 2016 tuvo un tropiezo en su carrera olímpica en Brasil. Se levantó de eso. Se rehizo. Vino de atrás y metió una medalla de oro olímpica. Eso implica la capacidad de los puertorriqueños de sobreponerse. La manera de levantarse y hacer cosas positivas. Es importante que la juventud puertorriqueña lo comprenda”, destacó el también catedrático de la Universidad Ana G. Méndez en Gurabo.
Camacho Quinn sigue desarrollando una carrera deportiva cautelosa en la fase técnica y táctica. Lo que la ha llevado a ganar tres paradas de la Liga Diamante (Estocolmo, Roma y Eugene) en el año 2022. Su progreso atlético la situó en la final de su primer campeonato mundial para agenciarse su primera medalla de bronce con tiempo de 12.23 segundos, el pasado 24 de julio en Eugene, Oregón. Un suceso que la inmortalizó en el atletismo internacional y nacional, al lado del doble medallista mundial de plata 2009 y 2011 y primer medallista olímpico de bronce para el atletismo puertorriqueño, el vallista Javier Culson.
La atleta puertorriqueña inició muy temprano a despuntar como estrella del atletismo. Esta ganó tres campeonatos en la NCAA en los 100 metros vallas (2018 y 2016) y el relevo 4×100 metros (2017) con la Universidad de Kentucky, entre otros logros en Estados Unidos.