París (EFE) – El danés Jonas Vingegaard (Jumbo Visma), ganador de la 109 edición del Tour de Francia, terminó de creerse, «ahora de verdad, sin que nadie me pueda quitar ya el maillot amarillo», que era el nuevo rey de la «grande boucle», hecho que calificó de «sencillamente increíble».
“Ya no puede pasar nada, realmente gané el Tour. Es simplemente increíble. Nadie me lo puede quitar. Siempre sentí que podía luchar por la victoria. Y cuando me quedó más claro, yo también siempre me decía que podía pasar algo que me impidiera llegar. Esta vez está hecho, ya nada puede salir mal, y estoy sentado con mi hija y mi mujer, y es simplemente increíble», dijo emocionado el ganador del Tour.
Vingegaard, de 25 años, segundo clasificado en 2021, reconoció que empezó a tener la sensación de poder ganar tras la etapa de Hautacam, donde se impuso con exhibición en solitario.
«Siempre tuve la sensación de que al menos podía luchar por la victoria, pero creo que al final cuando realmente empecé a creer que era posible el maillot amarillo en París fue después de Hautacam».
Un plus de motivación fue el hecho de sentir los ánimos de miles de daneses que acudieron a los Campos Elíseos a aclamar a su compatriota campeón del Tour.
«Ha sido emocionante, muchos daneses llegaron aquí para verme llegar con el maillot amarillo. Lo aprecio mucho y tengo que dar las gracias a todos los daneses que están aquí y que me han estado animando durante tres semanas. Significa todo para mí», dijo.
«Por supuesto que ahora quiero celebrar este Tour y relajarme, pero también quiero volver a esta carrera, que es la mejor del mundo», concluyó.
Desde lo alto del podio, rodeado por muchos aficionados daneses, el ganador del Tour agradeció el apoyo de todo su equipo, pero en especial del belga Wour van Aert, a quien dijo que es «el mejor ciclista del mundo».
«Teníamos un plan y lo hemos seguido al cien por cien», dijo el ciclista que agradeció a cada uno de sus compañeros y miembros del Jumbo.
Recordó que el Tour comenzó en su país y que eso le proporcionó «una de las emociones más intensas» de su vida y no olvidó a su esposa y su hija, «las dos mujeres de (su) vida».
Vingegaard aseguró que comenzó a creer que algún día podía ganar el Tour tras el ataque que hizo el año pasado a Tadej Pogacar en el Mont Ventoux.
«Ese ataque me dio confianza, me hizo sentir que podía ganar el Tour. Había mucha gente que no creía en mi, pero yo me aferré a esa confianza», dijo.