Lausana (Suiza) (EFE) – Jóvenes de todo el mundo, entre ellos la activista sueca Greta Thunberg, marcharon hoy viernes por las calles de Lausana para pedir más acción de los gobiernos para combatir el calentamiento global, un día después de que la ONU pidiera cambios en el consumo alimentario para ayudar en esa lucha.
Unos 2,500 jóvenes, según los cálculos de la policía local, se unieron a la manifestación de hoy, que partió de la estación de tren en el centro de la ciudad suiza y terminó a orillas del lago Lemán, cerca de donde se encuentra la sede del Comité Olímpico Internacional.
Durante hora y media los jóvenes atravesaron importantes avenidas de la urbe coreando lemas como «somos imparables, otro mundo es posible» y portando pancartas que, en diversos idiomas, mostraban mensajes del tipo «cambiemos el sistema, no el clima», «es ya la hora, porque el mundo se muere» o «no hay un planeta de repuesto».
«No tendríamos que estar aquí», rezaba otra de las pancartas que portaba una adolescente, haciéndose eco del mismo mensaje que ha transmitido Thunberg en anteriores ocasiones, el de que la inacción de los adultos ha obligado a niños y adolescentes a iniciar este tipo de huelgas para concienciar sobre el grave problema.
Thunberg estuvo presente en el inicio de la manifestación, con su ya icónica pancarta de cartón en sueco «skolstrejt for klimatet» (huelga escolar por el clima), pero no intervino públicamente ni estuvo durante toda la marcha, ya que partió hacia Londres para iniciar la siguiente etapa de su ambiciosa gira mundial.
En la capital británica le espera el «Malizia II», barco velero impulsado con energía solar y capitaneado por Pierre Casiraghi, destacado miembro de la aristocracia monegasca, con quien planea atravesar el Atlántico y arribar a Nueva York para la cumbre climática que se celebrará en septiembre en la sede de la ONU.
Thunberg destacó en su cuenta de Twitter que con la protesta de hoy ya son 51 las semanas en las que, al principio diariamente y más tarde con periodicidad semanal, inició una huelga estudiantil que ha inspirado a jóvenes de todo el mundo y le ha valido una nominación al premio Nobel de la Paz por parte de parlamentarios noruegos.
La activista sueca, quien ha insistido en que no se considera líder de estas huelgas estudiantiles, inició sus protestas en Estocolmo el 20 de septiembre, y su ejemplo fue imitado en cientos de protestas en todo el planeta, incluida la que el 15 de marzo movilizó a 1.4 millones de estudiantes en 112 países.
Es la segunda vez que la joven de 16 años se manifiesta en Suiza, tras hacerlo en Davos el pasado mes de enero coincidiendo con el Foro Económico Mundial, y también ha participado en protestas públicas de jóvenes en ciudades europeas como Roma, Viena y Berlín.
La manifestación de Lausana fue el colofón de cinco días de reuniones entre jóvenes estudiantes de medio centenar de países bajo el movimiento Viernes por el Futuro, en las que también participó la activista sueca.
Debates y protestas se produjeron en la misma semana en la que el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), bajo los auspicios de la ONU, emitió en Ginebra un informe que exhorta a cambios en el uso agrícola, ganadero y forestal del suelo terrestre, así como a cambios en la dieta, para salvar el planeta.
El movimiento juvenil inspirado por Thunberg «ayudará a que el IPCC extienda este mensaje, porque a veces sus informes se olvidan», opinó hoy en el cierre de las jornadas de Viernes por el Futuro el climatólogo belga Jean Pascal van Ypersele, uno de los autores del crucial documento.
«Cuando los jóvenes miran a la cara de los políticos, es mucho más difícil que el informe se arrincone en un cajón, especialmente cuando miles de ellos marchan en las calles pidiendo que su futuro sea protegido», añadió.
El informe «demuestra que todo el sistema que nos alimenta necesita ser cambiado, teniendo en cuenta que aún hay 800 millones de personas malnutridas y un tercio de la comida se despilfarra, unas cifras que son desoladoras», concluyó.
Uno de los más jóvenes participantes en la semana de debates en Lausana, el escocés Finlay Pringle, de 11 años, proclamó en la clausura hoy que «la extinción colectiva es una posibilidad, y los políticos están ignorando la urgencia del problema, así que hemos decidido pasar a la acción porque nos importa el porvenir».