La Haya, 10 de enero de 2022 (EFE) – El nuevo gobierno neerlandés tomó posesión este lunes, diez meses después de las elecciones generales, en una ceremonia condicionada por las restricciones impuestas por la pandemia y la jura virtual del cargo de la ministra de Finanzas, la progresista Sigrid Kaag, por estar contagiada de covid-19.
La coalición de cuatro partidos de centroderechas, la misma que gobernó la anterior legislatura (2017-2021), llegó a mediados de diciembre a un acuerdo de gobierno, y el liberal Mark Rutte ha dedicado las vacaciones navideñas a formar su nuevo equipo ministerial, que está compuesto en total por 14 hombres y 14 mujeres, incluyendo al primer ministro Rutte, sus ministros y secretarios de Estado.
El acuerdo de Gobierno recoge un aumento del gasto que no tiene precedentes para Rutte, con 35,000 millones de euros destinados al cambio climático; 25,000 millones para la lucha contra las emisiones de nitrógeno (ganadería y construcción); unos 3,000 millones adicionales para Defensa; y casi 1,000 millones para subir salarios a los docentes.
Además, planea cambiar el sistema del cuidado infantil, que será prácticamente gratuito, en lugar de funcionar con un sistema de subvenciones, con el objetivo de evitar lo ocurrido con el escándalo que llevó a Rutte a dimitir el pasado enero, después de que la Agencia Tributaria acusara sin pruebas a decenas de miles de familias de fraude fiscal, lo que llevó a muchos padres a la ruina para asumir la devolución de lo recibido durante años.
Este gasto, destinado a solucionar problemas no acometidos en el tiempo, podrían suponer un aumento considerable de la deuda nacional de Países Bajos en los próximos años, superando a finales de esta legislatura, en 2025, el estándar europeo del 60% del PIB, algo que Rutte siempre trató de evitar.
La ministra de Finanzas es la progresista Sigrid Kaag, una diplomática de carrera que lidera el partido liberal de centroizquierdas D66 y ejerció de ministra de Cooperación Exteriores, y después de Asuntos Exteriores durante la anterior legislatura. Dimitió el pasado septiembre por el caos y los retrasos en las evacuaciones de Afganistán.
El democristiano Wopke Hoekstra, líder de CDA, se encarga ahora de Exteriores, por lo que abandona la cartera de Finanzas, que quería mantener si no fuera por los malos resultados obtenidos por su partido en las elecciones de marzo.
Generalmente, Finanzas corresponde al segundo partido más grande de una coalición de gobierno (D66 en este caso), una práctica tradicional en Países Bajos, puesto que ningún partido ha logrado en la posguerra ganar las elecciones con suficiente mayoría como para gobernar en solitario.
Hoy en día, los 150 diputados del Parlamento neerlandés están divididos entre 17 grupos políticos de diferentes ideologías.
Este nuevo ejecutivo también tendrá que recuperar la confianza perdida en la política en Países Bajos, lo que está relacionado tanto con el largo proceso de negociación de gobierno, que ha llevado diez meses, como con la polarización social por la pandemia, que se ha reflejado en las múltiples protestas y disturbios registrados a lo largo del 2021 contra las restricciones.