Brasilia, 3 de diciembre de 2021 (EFE) – El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, reafirmó este jueves que su Gobierno no tiene previsto implantar el llamado «pasaporte sanitario» en el país, pues la «libertad está por encima de todo» y cada ciudadano puede decidir si se vacuna o no.
La adopción del «pasaporte sanitario» ha sido exigida en los últimos días por diversos sectores científicos, después que se han comprobado los primeros casos de la variante ómicron del covid-19 en el país, en personas que llegaron desde Sudáfrica o Etiopía.
Los primeros tres casos fueron detectados en la ciudad de Sao Paulo, y otros dos se han confirmado este jueves en Brasilia, al tiempo que se analizan otras infecciones de pasajeros que también regresaron a Brasil desde el continente africano.
En un acto celebrado en el palacio presidencial, Bolsonaro dijo este jueves que la sociedad debe entender que «el virus será para siempre» y que «las vacunas, algunas todavía experimentales, otras no, tienen muchas incógnitas por delante».
El líder de la ultraderecha citó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y alertó de que «los totalmente vacunados pueden ser contaminados y transmitir el virus y también pueden morir», para justificar su decisión de no imponer la inmunización obligatoria.
Bolsonaro, quien se niega a aplicarse una vacuna y desde el inicio de la pandemia desdeña de sus efectos, reiteró que «la libertad» de los individuos está «por encima de todo».
Aún así, subrayó que el Gobierno adquirió «vacunas para todos» aquellos que se las quieran aplicar, en relación a quienes también defendió su «libertad» respecto a esa opción.
«No hagamos de la vacuna un caballo de batalla para intereses políticos», instó el mandatario, quien subrayó que nadie puede «ser amenazado con perder derechos o ser despedido por no vacunarse, porque la libertad no tiene precio».
Aunque la pandemia ha ido perdiendo terreno a medida que avanzó el proceso de vacunación, Brasil continúa como uno de los países más afectados por el coronavirus en el mundo, sólo por detrás de Estados Unidos, con unas 615,000 muertes y 22 millones de contagios.