Nueva York, 3 nov (EFE) – El presidente del distrito de Brooklyn y excapitán de policía Eric Adams asumirá en enero la Alcaldía de Nueva York tras arrasar en la elecciones municipales del martes, tras una campaña en las que incidió en su infancia pobre y en su capacidad para dirigir la ciudad y especialmente atajar el aumento de la violencia y la pobreza.
«Crecí pobre en Brooklyn y Queens. Llevaba un chaleco antibalas para proteger a mis vecinos. Serví a mi comunidad como senador estatal y presidente del distrito de Brooklyn», reza el primer mensaje que se puede leer en la cuenta oficial de Twitter de este vegano confeso de 61 años.
Armado siempre con su sonrisa y una desmesurada confianza en sí mismo Adams, que pronto se convirtió en la apuesta oficial del Partido Demócrata, ha conseguido forjar alianzas transversales en todos los distritos de la ciudad para hacerse con la alcaldía.
Desde las comunidades más castigadas como la afroamericana, a la que él mismo pertenece, o la latina; hasta las grandes fortunas de la élite empresarial neoyorquina, como el dueño de los Mets, Steve Cohen, o la heredera de la corporación Loews, Laurie Tisch, Adams ha buscado apoyos en todos los rincones de la Gran Manzana.
Ayudas que, traducidas en donaciones, casi han llegado a los nueve millones de dólares, desde que el año pasado comenzó su carrera electoral como candidato a las primarias del partido, en las que logró desbancar a los aspirantes de corte más progresista.
De hecho, su postura oficialista y moderada dentro del Partido y sus críticas abiertas contra el socialismo le han valido los reproches de los demócratas más a la izquierda, que le recriminan su acercamiento a la clase más adinerada de la ciudad.
Desde las filas de su partido también han recordado los casos de corrupción abiertos contra él y de los que salió absuelto; su supuesta defensa de métodos de detención agresivos, que él niega; o su hábito de supuestamente pasar gran parte del tiempo en una residencia del vecino estado de Nueva Jersey y no en la ciudad.
SUS ORÍGENES HUMILDES COMO ARMA DE CAMPAÑA
Adams sufrió la pérdida de su madre, Dorothy Adams, el pasado marzo, en plena campaña electoral para las primarias del partido y desde entonces, el futuro regidor de la ciudad, que se describe como un «obrero», no ha dudado en sacar a colación a su progenitora en numerosos momentos, a veces emotivos y que terminaron en lágrimas.
Lo ha hecho para recordar, sobre todo, su origen humilde con el que intentar identificarse con el votante de a pie que, como sostiene, ha sufrido tanto como él las fallas del sistema.
«Mi madre fue traicionada (por las autoridades), al igual que otros padres y madres y familias. Fue traicionada cuando no pudimos comprar comida y fuimos en busca de alimentos que nos ofrecía la ciudad y que se trataba de comida que causaba enfermedades crónicas (…)», dijo Adams inmediatamente después de ejercer su derecho a voto el pasado 22 de junio durante las primarias demócratas.
En la jornada electoral de ayer, Dorothy volvió a cobrar protagonismo cuando Adams se presentó a votar en su colegio electoral de Brooklyn con un retrato de su madre.
«Todo esto es por vosotros», dijo a los medios, antes de subrayar: «Solo tengo tres palabras: Soy como vosotros (…). La ciudad ha abandonado a personas como mi mamá, así que espero que la gente ejerza su derecho a expresar que ya no queremos ser abandonados».
Adams, a quien le gusta hablar de él mismo en tercera persona, ha recurrido a su infancia para retomar el manido mito local del «sueño americano» y de Estados Unidos como «la tierra de las oportunidades», donde, supuestamente, con esfuerzo y tesón, cualquier persona puede conseguir lo que se proponga.
«Un niño que yacía en el piso de la Comisaría del Distrito 103, agredido por la policía, ahora puede convertirse en el alcalde para estar a cargo de ese mismo Departamento de Policía. Yo soy el Sueño Americano. Soy una historia de Nueva York», aseguró también el día que se impuso en las elecciones primarias del pasado junio.