Los Ángeles (EE.UU.), 23 oct (EFE) – Chris Paul se convirtió este viernes en el primer jugador de la NBA que alcanza los 20,000 puntos y 10,000 asistencias y su equipo, los Phoenix Suns, pasaron por encima de Los Angeles Lakers (105-115), que han empezado la temporada con malas sensaciones y dos derrotas seguidas.
El resultado final resultó engañoso ya que los Lakers, tirando de orgullo, ‘maquillaron’ el cierre en el último parcial tras estrellarse en un tercer cuarto en el que fueron perdiendo por 32 puntos (57-89 a falta de 2.04).
En el día de su récord histórico, Paul lideró a los suyos con 23 puntos, 14 asistencias y 5 rebotes en una demostración de inteligencia, saber hacer y veteranía sobre la cancha.
A su lado, los Suns dieron un recital en el Staples Center de Los Ángeles gracias a Devin Booker (22 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias), Mikal Bridges (21 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias) y Deandre Ayton (8 puntos y 15 rebotes).
Para los Lakers fue una velada de impotencia, de falta de dirección en el equipo, de numerosos errores y de gigantesco enfado con los árbitros, a quienes culparon -a veces con razón- de muchas de sus desgracias.
LeBron James consiguió 25 puntos (5 de 9 en triples), Anthony Davis sumó 22 puntos y 14 rebotes, Russell Westbrook rozó el triple-doble con 15 puntos, 11 rebotes y 9 asistencias, y Carmelo Anthony anotó 16 puntos.
Los Lakers, que fueron eliminados por los Suns en primera ronda de los últimos playoffs, naufragaron en el tiro (39% frente al 49% de sus rivales).
También dejaron algunas imágenes preocupantes como un encontronazo en el banquillo entre Anthony Davis y Dwight Howard, que fueron separados por sus compañeros.
Después de perder sus seis partidos de pretemporada, los Lakers han empezado su arriesgado y muy veterano proyecto con 0-2 ya que también cayeron en su debut el pasado martes ante los Golden State Warriors (114-121).
ESPEJISMO DE INICIO
Russell Westbrook no tuvo el martes un estreno soñado con la franquicia angelina así que hoy salió a morder.
El base se reivindicó con 8 puntos en el primer cuarto -los mismos que anotó en su debut-, forzó dos faltas de Devin Booker y con su característico estilo acelerado -para lo bueno y lo malo- canalizó la energía de su equipo en el primer cuarto.
Sin noticias de Chris Paul y Devin Booker, Jae Crowder tomó las riendas de los visitantes para mantener el partido igualado (26-23) pese al mal porcentaje desde el perímetro de los de Phoenix (2 de 9).
LeBron James ha comenzado la temporada con un gran acierto desde el triple, pero en el segundo minuto del tercer cuarto sumó su tercera falta flagrante sobre Crowder.
A partir de ahí empezó la frustración de los Lakers con los árbitros.
Tanto fue así que el entrenador angelino Frank Vogel, un tipo comedido y discreto, saltó a la pista para reclamar una jugada y acabó llevándose una técnica.
Más allá de lo justo o no de sus quejas, los Lakers sí podían argumentar que para entonces llevaban 12 faltas en contra frente a las solo 5 de los Suns.
En las aguas agitadas del juego entrecortado, las constantes paradas y el ritmo poco fluido, los Suns, con Chris Paul como almirante, navegaron con absoluta soltura.
El base empezó a surtir a los suyos, que no solo se pusieron por delante sino que abrieron brecha (38-49 con 4.18 por disputarse).
A los Lakers, que habían perdido el norte, se les amontonaban las malas noticias, ya que Westbrook también sumó su tercera falta antes del descanso.
Dos triples de Rajon Rondo despertaron a los locales, pero los Suns pudieron afrontar con tranquilidad el segundo cuarto, que ganaron por 18-34, y se aprovecharon de la desesperación de los Lakers con el arbitraje para irse al vestuario con una sólida ventaja (44-57).
HUNDIMIENTO LOCAL
El segundo cuarto había sido muy flojo para los Lakers, pero lo del tercero fue aún peor.
Sin plan ni en ataque ni en defensa, los angelinos solo pudieron hacer el pasillo y contemplar cómo sus oponentes se hacían los amos y señores del duelo.
Los Suns fueron quemando etapas sin descanso: con 7.11 por jugarse se colocaron 20 puntos por delante (50-70), y con 4.22 en el reloj ya ganaban por 25 (55-80).
Paul seguía exhibiéndose y Booker se convertía en un tormento para unos Lakers atenazados y sin respuesta.
La diferencia de +32 culminó la estampida de unos Suns absolutamente brillantes y pletóricos en el tercer cuarto (23-37) y que dejaron el partido visto para sentencia antes del último parcial (67-94).
A los Lakers solo les quedaba en la mochila el corazón y la rabia y a eso recurrieron en el desenlace.
Entre James, Davis, Anthony y Westbrook se las ingeniaron para recortar la distancia y los Lakers, que al menos vieron buenos minutos del joven Austin Reaves, se pusieron a solo 9 puntos a falta de 1.21 para el final.
Los Suns quizá se relajaron en exceso, pero Booker y Paul se encargaron de despedazar la quimérica remontada de unos Lakers que al menos reaccionaron en el último cuarto (38-21).