Por Omar Monzón
Especialista de Conservación y Biodiversidad en Para la Naturaleza
San Juan, 14 de octubre de 2021 – Las áreas protegidas y conservadas (APC) son la mejor poesía escrita por el ser humano y son una muestra de inmensa bondad, gratitud y aprecio de las personas a las diversas formas de vida. Por esto y muchas otras razones, Para la Naturaleza se une a la celebración del Día de las Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe (LAC) durante la semana del 11 al 17 de octubre.
Este año celebramos estas áreas para como bienestar y para la gente de Latinoamerica y el Caribe; para celebrar los esfuerzos de sus defensores, guardaparques, sus saberes ancestrales y tradicionales, beneficios del deporte y turismo; sus aportes a la salud ambiental y social; los acuerdos internacionales para conservar la biodiversidad y su gente para el 2030, y como fuente de inspiración a través del arte.
Las áreas protegidas [1] y conservadas [2] son el principal instrumento a escala mundial para la conservación de la naturaleza. Esta estrategia de conservación basada en áreas se enfoca en proteger ecosistemas, especies, diversidad genética, rasgos geológicos únicos, valores culturales asociados y lugares considerados sagrados por comunidades locales.
A su vez, estos espacios proveen servicios ecosistémicos como la provisión de agua, producción de alimentos y servicios relacionados a la salud y el bienestar mediante la recreación. Asimismo, las áreas protegidas son una solución basada en la naturaleza. Sirven como medidas de mitigación y adaptación a la crisis climática que enfrentamos al almacenar y capturar bióxido de carbono; también ejercen como barreras naturales ante el embate de eventos meteorológicos y ayudan con la regulación de clima.
Según el último informe de la Base de Datos Mundial sobre Áreas Protegidas y Conservadas [3], manejado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las áreas protegidas y conservadas cubren solamente el 15.07% de la extensión terrestre y 7.56% extensión marina del planeta. Latinoamérica y el Caribe es la región más protegida del mundo [4], con unas 9,154 áreas protegidas y conservadas en 52 países y cubren el 24.1% áreas terrestres y el 23.02 % de las áreas marinas de la región.
En Puerto Rico existen un poco más de 160 áreas protegidas terrestres (16%) y unas 27 áreas marinas protegidas (27%). El 90% de las áreas protegidas en nuestra isla son manejadas por el gobierno y el 10% manejadas por entidades privadas (Para la Naturaleza (90%) Casa Pueblo (4%), Tropic Ventures (2%) y Ciudadanos del Karso (1%)). Las áreas bajo protección privada complementan y añaden redundancia a la red de áreas protegidas en Puerto Rico. Además, resaltan otras formas de gobernar espacios protegidos y conservados a través de la toma de decisiones y ejercicio del poder por parte de otros actores.
Para la Naturaleza y sus colaboradores conservan y custodian un poco más del 1.5% de la superficie total de Puerto Rico, con unas 64 áreas protegidas, siete reservas naturales designadas, 11 servidumbres de conservación, una servidumbre escénica, cinco lugares históricos registrados a nivel federal y tres proyectos de preservación histórica en proceso y uno en sus comienzos (ANP Hacienda Margarita).
Las áreas bajo protección privada de Para la Naturaleza le brindan a la sociedad puertorriqueña una inmensa variedad de beneficios como la producción de agua y protección de suelos. El Área Natural Protegida Ulpiano Casal protege el nacimiento del río Grande de Loíza, el ANP Jorge Sotomayor del Toro resguarda el nacimiento del río
Turabo que descarga sus aguas en el embalse Carraízo y el ANP Marín Alto brinda agua al embalse Patillas. Igualmente, nuestras áreas protegidas conservan el sonido del silencio, la oscuridad de la noche en sus cielos, cobijan la cultura humana en su paisaje, y a la vez que secuestran un estimado de 662,850 toneladas métricas de carbono.
Desde estas áreas reconocemos que esas otras formas de vida, que se ven diferentes, se mueven diferente y viven a otro ritmo, merecen ser libres. Sin embargo, sabemos que aún nos falta camino por recorrer, valoramos que somos parte de una gran inmensidad y resaltamos que todos estos logros son gracias al gran equipo de trabajo compuesto por seres humanos dedicados a la conseravción.
Para más información visita www.celebracionareasprotegida.org/ www.paralanaturaleza.org
[1] Según el Equipo de Acción para la Conservación de Áreas Protegidas, define un área protegida en Puerto Rico como: “un espacio geográfico claramente definido y delimitado mediante medios legales u otros tipos de medios eficaces para la conservación a largo plazo de la naturaleza, biodiversidad, servicios ecosistémicos y valores culturales”.
[2] Según la UICN, un área conservada es: “un área delimitada geográficamente que no sea un área protegida, que es gestionada de manera que se logren resultados positivos y a largo plazo para la conservación in situ de la biodiversidad, con funciones y servicios ecosistémicos asociados y, cuando corresponda, culturales, espirituales, socioeconómicos, y otros valores relevantes a nivel local”.
[3] https://protectedplanet.net
[4] Álvarez Malvido, M., Lázaro, C., De Lamo, X., Juffe-Bignoli, D., Cao, R., Bueno, P., Sofrony, C., Maretti, C. y Guerra, F. (Editores). (2021). Informe Planeta Protegido 2020: Latinoamérica y el Caribe. Ciudad de México, México; Cambridge UK; Gland, Switzerland; Bogotá, Colombia: RedParques, UNEP-WCMC, CMAP-UICN, WWF, CONANP y Proyecto IAPA.